La primera de las noches
Fecha: 27/03/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Boy617, Fuente: CuentoRelatos
La historia en sí comenzó una noche de primavera cuando había salido de fiesta con unos amigos (hombres como mujeres). Una de ellas: Natalia (no su nombre real), no somos mejores amigos, pero tampoco nos llevamos mal. El problema con ella es que aunque es bastante guapa no piensa eso de ella misma. Morena, 1’66, grandes cualidades frontales y aunque algunas, no tantas traseras.
Esa noche, después de la fiesta algunos amigos (entre ellos Natalia) fuimos a mi casa a pasar un rato más.
Eran casi las tres de la mañana y ya casi todos se habían ido. Debo agregar que ya íbamos un poco pasados debido al alcohol. Ella no se encontraba muy bien como para irse manejando a casa, por lo que le dije que se esperara y le pediría un taxi.
Nos quedamos hablando un tiempo, el taxi parecía no llegar.
—No sé cómo haces para siempre estar tan relajado entre mujeres —no es exactamente lo que dijo, pero esto lo resume— yo siempre me pongo muy nerviosa.
Me reí ligeramente.
—Si tan solo supieras lo bella que eres no lo estarías.
No sé si fue el alcohol o la tensión que había entre nosotros desde hacía un tiempo pero lo dije con un tono provocador.
—¿En serio lo crees? —correspondió a mi provocación acercándose ligeramente.
Estábamos en el sillón, nuestros rostros a unos pocos centímetros. Podía sentir su suave y cálido aliento.
Cerré los ojos y me dejé llevar por el momento. Sentí el sabor a alcohol y frutas de sus labios contra los míos. No estaba mal. Llevé mis ...
... manos hasta sentir su cuerpo y lo recorrí hasta donde mis dedos alcanzaran. Poco después sentí como su mano comenzó a hacer el mismo recorrido en mi cuerpo. El calor de su cuerpo hacía que la noche no pareciera tan fría.
Perdí completamente la noción del tiempo y lo que me despertó fue el sonido del timbre: el taxi había llegado.
—Supongo que te tienes que ir —dije separando ligeramente los labios.
—O tal vez podríamos decirle al taxi que se vaya.
Me sorprendió un poco su atrevimiento, y más por su forma de ser. Me reí y bajé, le di al taxista 3 euros que tenía en el bolsillo y volví a subir.
—Creo que sería mejor si fuéramos a mi habitación.
Entramos y encendí las luces.
—No —me dijo poniendo su mano sobre la mía, que seguía sobre el interruptor.
En mi cuarto tengo en el techo tiras de luces led, así que las encendimos. Una tenue luz morada iluminaba ligeramente la habitación.
Nos acostamos en la cama y continuamos un tiempo besándonos. Metí una de mis manos bajo su blusa y la comencé a levantar lentamente. Ella se alejó un poco. Dudó un segundo, pero se quitó por completo la blusa, yo la seguí. Estaba a punto de continuar desnudándose, pero la paré y la atraje hacia mi, poniéndola encima de mí.
Mientras la seguía besando con mis manos le desabrochaba el brasier. Después de unos segundos sus hermosos pechos chocaban contra mi cuerpo con cada pequeño movimiento que hacíamos. Había soñado bastante con aquel momento. Se sentían incluso mejor de lo que ...