1. Puede hacerse realidad


    Fecha: 22/06/2018, Categorías: Zoofilia Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... detrás de mí.
    
    Te la voy a meter toda por el culo.
    
    Aquella frase me asustó tanto como me excitó, pero en cualquier caso obedecí sus órdenes y me coloqué a cuatro patas. Él se colocó detrás de mí ligeramente ladeado hacia la izquierda. Con su pantorrilla izquierda hizo presión sobre mi nalga izquierda mientras que con su mano izquierda me separaba la derecha. Sentí cómo con su otra mano dirigía su polla hacia mi agujero, que aún estaba dilatado y chorreando los jugos de Max. Comenzó a presionar. Era enorme.
    
    No va a entrar. Me vas a hacer daño. Claro que va a entrar. Te la voy a meter entera.
    
    Siguió presionando. Tuve la impresión de que estaban intentando meterme una pared por el culo. Me mordí los labios y descansé mi cuerpo sobre mis codos en lugar de mis manos para poder agarrarme a la toalla y a la hierva bajo ella.
    
    Estate quieto.
    
    Siguió empujando con su polla. Cada vez sentía más presión en mi culo, hasta que, de pronto, éste se abrió como una margarita y su capullo penetró en él, lenta pero inexorablemente. Un calambre de placer me subió desde el culo hasta la nuca por toda la columna vertebral. Mi espalda se arqueó hacia arriba y mi cabeza se echó hacia atrás mientras me mordía fuertemente los labios.
    
    ¡¡¡Aaaaaahhhhh!!!
    
    Le oí gemir a mis espaldas. Sentí cómo tomaba saliva con su mano y se la aplicaba en la polla. Luego comenzó un movimiento lento de vaivén con un corto recorrido. A cada poco, con un movimiento hacia delante, introducía un poco más ...
    ... su polla en mi culo. El movimiento iba ganando en recorrido pero no en velocidad. Volvió a aplicarse saliva y continuó su movimiento. Lo hacía muy bien, como si lo hubiera hecho miles de veces, y ya casi sin hacerme daño. Yo estaba agarrado a la toalla y a la hierba mientras me mordía los labios y respiraba sonoramente por la nariz cada vez que aquella enorme polla se introducía un poco más en mi cuerpo. Aquella polla parecía no tener fin. Notaba mi ano totalmente dilatado por el diámetro de aquel cipote y cómo mi vientre se hinchaba cada vez que lo introducía en mi cuerpo por la enorme longitud que tenía. Él continuaba con su movimiento imperturbable mientras gemía y me decía:
    
    ¿Ves cómo ha entrado?. ¿Verdad que te gusta? Quieres que siga, ¿verdad?.
    
    Estaba a punto de gritarle que no parara cuando me cogió ambas nalgas con las manos, abriéndolas con los dedos pulgares y comenzó a meterme el resto de su enorme polla en mi culo, hasta que sus caderas golpearon mis nalgas. Estuve a punto de gritar de placer.
    
    ¿Ves? ¿Ha entrado entera?
    
    Sentía que me estaban abriendo en canal, pero el placer era indescriptible. La sacó casi entera y con un movimiento más rápido que los anteriores, la volvió a introducir velozmente. Repitió esta operación, hasta que los movimientos de entrada producían que sus caderas golpearan violentamente contra mis nalgas y sus huevos se estrellaran contra mi culo. Era imparable. Seguía metiendo y sacando aquella enorme polla de mi cuerpo, cada vez con ...
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