1. El atraco


    Fecha: 21/04/2023, Categorías: No Consentido Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    Esperaron a que el mercedes clase S azul abandonara la casa, sobre las siete de la mañana, para saltar la valla e introducirse en el jardín. Con mucho cuidado se acercaron hacia la gran cristalera y sacaron las herramientas necesarias para cortar el cristal y acceder a la vivienda. Una vez dentro se relajaron un poco.
    
    Comenzaron a inspeccionar todo el salón y el despacho en busca de objetos de valor. Se afanaron en el despacho del abogado y obtuvieron un par de portátiles y unas plumas estilográficas Mont Blanc. Pero no encontraron la caja fuerte. Uno de ellos hizo señas para subir al dormitorio a buscar joyas. Al llegar a la puerta del dormitorio se llevaron una sorpresa. Un pequeño detalle se les había pasado.
    
    Al ver salir el coche no se percataron de que solo iba el abogado. Su mujer estaba en la casa.
    
    Se encontraban con un imprevisto por no haber interpretado bien la información recibida por aquel camarero del club de golf. Su informador les dijo que harían un viaje y la casa quedaría sola. Ellos dieron por hecho que el viaje lo realizarían los dos al mismo tiempo, pero no era así.
    
    La dueña de la casa estaba en la ducha. Ellos, delante de la puerta del baño, podían oír el agua correr. De repente del más bajo se apoderó un ataque de nervios que le impedía pensar con claridad. El más alto, en cambio, decidió que había que actuar con sangre fría. El primero se escondió en el dormitorio esperando una señal de su compañero. Mientras el jefe se apostó ...
    ... junto a la puerta del baño esperando a su víctima.
    
    Mayte salió de la ducha y envolvió su precioso cuerpo de modelo en un albornoz color melocotón. Luego, inclinando su cuerpo hacia delante, dejó que su melena rubia cayese para poderla envolver en una toalla. Salió del baño hacia el dormitorio. En ese momento, el más alto se abalanzó sobre ella. Con la mano derecha tapó su boca y con el brazo izquierdo rodeó su cuerpo evitando cualquier resistencia. Mayte sentía tanto terror que era incapaz de moverse:
    
    - No te vamos a hacer daño solo tienes que colaborar.
    
    Esa era la señal que esperaba su compañero. La sentaron en una silla. Le metieron un tanga en la boca a modo de mordaza y le ataron las manos por detrás del respaldo de la silla. Ahora el más alto miraba fijamente los impresionantes ojos azules de la dueña de la casa:
    
    - Solo queremos que colabores. Te quitamos la mordaza y nos dices donde están las joyas.
    
    Ella, que miraba también los grandes ojos verdes de su raptor tras el pasamontañas, asintió con la cabeza. Aquella mirada le resultaba muy familiar, pero no podía situarla. Tras revelar la ubicación y la clave de la caja fuerte, los ladrones se hicieron con un botín de varias piezas de brillantes, rubíes, pulseras y una colección de relojes de lujo que pertenecían al abogado. Después de media hora de registros el bajito se acercó a ella:
    
    - Bueno ahora quiero divertirme un poco.
    
    - No por favor, ya lo tenéis todo. Dejadme en paz. -Suplicó la mujer del ...
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