1. El que me hizo mujer en todos los sentidos


    Fecha: 23/06/2018, Categorías: Gays Autor: Zareth, Fuente: CuentoRelatos

    ... mundo. Sé que se despertó pero prefirió hacerse el dormido para ver hasta donde yo llegaba. Pasé mis manos por su short y noté que su miembro estaba erecto, grande, delicioso. Metí mi mano en medio del calzón y lo toqué delicadamente, mientras sus pulsaciones eran más evidentes. Acaricié sus bolas hermosas, y sin poderme contener me deslicé hasta él para chuparlo todo y mamar esa leche que tanto deseaba, sintiendo que me llenaba la boca con ese semen que no tardó en venirse con toda la carga de emoción que jamás pude imaginar. Todo estaba consumado, es decir casi todo. Me quité la pijama y bajando su calzón me acosté encima de él, que trató de rechazarme pero mi boca le impidió que hablara, pues mordí sus labios y lo besé con sevicia, mientras se dejaba llevar por la tentación y el deseo que debí despertarle durante el viaje. Acarició mis nalgas, apretándolas. Totalmente fuera de sí, me recostó en la cama, boca arriba y comenzó a besarme los senos y el vientre hasta que llegó a mi cosita, que tanto lo deseaba, me chupó con locura, y tuve que morder la almohada para no gritar de placer por mis orgasmos de virgen puta. Le pedí que me iniciara, pues quería que me desvirgara ahí mismo, pues sería su amante a partir de ese momento y esa cuquita solo estaría dispuesta para él. Abrió mis piernas colocando su miembro en la entrada de mi niña, y poco a poco fue metiéndolo, hasta que yo en un arranque de locura lo agarré por las nalgas y lo empujé con fuerza desgarrándome ...
    ... toda, pero era tal el placer que mi dolor era lo más delicioso que alguien pueda haber sentido. Empecé a moverme como había visto en las películas porno, acompañando el ritmo de sus movimientos dentro de mí, hasta que algo se desgarró de mi alma, al tiempo que me sentía inundada por el semen caliente que una vez me engendró. Entonces todo el peso de su cuerpo se desvaneció encima del mío.
    
    Al recostarse a mi lado, mudo, quizás con el remordimiento de haberme comido toda, lo comencé a acariciar dulcemente como su mujer, su otra mujer, besándolo, dejando que mi lengua invadiera toda su boca, tomando su coso en mi manos, mimándolo y diciéndole que ese sería nuestro más dulce secreto; el que hemos guardado hasta ahora, cuando al venir a la Capital, se hospeda en un hotel discretamente, pues mi mamá, cansada de esperarlo decidió tener una relación estable con un médico y dar por terminado el asunto con él. Como no tengo problemas para verlo siempre que llega, reservamos el cuarto con cama doble, salimos en la noche, bailamos y bebemos como dos enamorados, y me quedo el fin de semana acompañándolo, durmiendo desnuda a su lado, como me encanta estar a toda hora. En algunas oportunidades nos hemos citado en cualquiera de las ciudades que visita periódicamente. Así vivo ahora; disfrutando porque tengo el hombre más maravilloso y tierno del mundo conmigo; mi padre, mi amante, el que me hizo mujer en todos los sentidos, y su mujer por todo el tiempo que podamos estar juntos. 
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