El chulito, una más para la colección.
Fecha: 08/05/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Normalmente le hubiese mandado a la mierda, pero hoy era majo conmigo y en ese momento me había quedado con ganas de más con él. Jodo, ya que lo habíamos intentado… y hasta que volviese a Zaragoza…
Llegamos por fin y me subí con Cristian para ayudar a Juan un poco. Me apetecía despedirme de él porque, siempre le he tenido cariño y simpatía. Definitivamente el alcohol me ayudaba un montón en este sentido, a hacer cosas que quiero o que siento en ese momento… vamos; a no pensar o pensar poco en lo que de verdad quiero hacer.
Dejamos a Juan en el hotel y antes de bajar surgió lo realmente inesperado.
De repente, Cristian me empotró contra la pared, sujetándome las dos manos con una suya y con la otra acariciándome por todas partes. En general en mi culo. Nos besábamos con pasión, con lujuria contenida. Si es que lo que me encantaba de él, y lo que más me excitaba era el sabor a cubata frío que tenían su boca y su lengua. Paramos un momento.
Pero, como siempre, el chulito te tiene que impresionar. Me cogió en brazos y apoyándome contra la pared y sujetándome con una mano nos volvíamos a besar. Me apretaba el culo con la mano libre. Aproveché para tocarle y acariciarle la espalda y su culo. Lo apreté y el se restregó más contra mí. Volvía a notar aquello duro, me encantaba excitarle de esa manera. Era por mí.
--Joder tía, que buena estás, vas a flipar nena.
-Ey Cristian, para. ¿Qué vas a hacer?
Empecé a tener miedo porque no sabía hasta dónde quería llegar. ...
... Tenía la suficiente experiencia en el sexo, pero… ¿quería llegar hasta ese punto con él? A ver, quien dice la suficiente, quiere decir una vez. Él, desenfrenado y cachondo, abrió una habitación. No me preguntéis ni me digáis cómo lo hizo pues a día de hoy él tampoco lo sabe. Me volvió a coger en brazos llevándome con él dentro de aquella habitación.
-Espera, espera, Cristian espera por favor.
--Shshsh, tranquilízate. No vamos a hacer nada que tú no quieras. Pero mira, sé que quieres.
Esto me lo dijo mientras se echó sobre mí mientras me volvía a sujetar las dos manos con la suya y con la otra me tocaba mi sexo. Gemí por primera vez con él, fue alucinante. Me encantó.
--Ves, te encanta. Quieres hacerlo, se te nota.
-Pero es que no lo sé, tú tendrás más experiencia y no sé lo que quieres hacer.
--Yo te enseño nena, te gustará.
Me quitaba la ropa mientras me llenaba de besos: en la boca, en el cuello, en mis pechos, en la tripa… hasta bajar al punto más deseado por él. Cuando consiguió arrancarme las bragas, quedándome así desnuda y a su merced, se lanzó a por aquello que buscaba desde que había empezado a bajar.
Fue una sensación que nunca había tenido. Dios mío. Me encantaba. No quería que parase nunca. Él lo sabía, porque estuvo como 10 minutos así. Decidí tomar yo la iniciativa. Le aparté suavemente hasta conseguir tumbarle en la cama. La verdad es que hice lo mismo que él, bajar cubriéndole de besos hasta descubrir todo el poder de su masculinidad. Y ...