En la oficina
Fecha: 15/05/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Solo podía correr en este momento. Madre mía llegaba tardísimo al trabajo. La noche anterior había dormido realmente mal y cuando sonó el despertador, la verdad es que ni lo había oído. Me subí al coche corriendo, arranqué el motor, puse la música de la Film Symphony Orchestra resonó en los altavoces de mi Skoda Fabia y salí echando chispas.
La verdad es que por suerte llegué justa de tiempo. Vamos que llegué cinco minutos tarde. Por suerte mi jefe todavía no había llegado.
Buenos días chicos - saludé a mis compañeros.
Buenos días Ana, ¿estás bien? Se te ve alterada - me dijo Jon con una media sonrisa, mirándome con esos bonitos ojos azules, a la vez que organizaba los documentos que tenía sobre la mesa.
Si, solo que esta noche he dormido fatal- respondí torciendo el gesto y echándome mano al cada vez más dolorido cuello.
¿Y eso?
No lo tengo muy claro, pero la verdad es que poco a poco me está apareciendo un buen dolor de cuello - respondí a la vez que dejaba mi maletín en un lado de la mesa y me encogía de hombros.
Me senté en mi mesa del despacho de abogados en el que trabajaba. Trabajábamos en un piso que mi jefe tenía alquilado y la verdad que aunque pequeño, nos daba para los tres abogados que éramos. Mi jefe siempre estaba en una de las habitaciones aparte de nosotros.
Jon es un chico de unos especialmente guapo, se cuida mucho en el gimnasio, dónde solemos ir todos los días entre semana a ponernos en forma. Ese traje le sienta demasiado bien. ...
... ¡Que narices! Si es que se me caían las bragas al verlo. La barba de un par de días pero bien perfilada le hace tener unos rasgos más angulosos de lo normal, pero madre mía, los ojos azules, no hacen más que mejorar lo ya de por si excelso.
Manuel es también un chico muy guapo, pero se nota el hecho de que no va al gimnasio, y aunque tiene una buena genética, le falta algo. Ojos marrones, pelo corto, cara redondita. También tiene un buen polvo, pero si tuviera que elegir, Jon siempre sería mi primera elección.
Ya sentada en mi mesa, me puse a ordenar algunos papeles. La verdad es que las denuncias se me acumulaban en la mesa. Nuestro bufete aunque bastante nuevo, había crecido muy rápido, teniendo una buena presencia en este último partido año. Manuel de hecho fue nuestra última incorporación.
Después de casi tres horas sin levantar la vista de mis papeles y mi ordenador y coger llamadas, me levanté para ir al baño.
Una vez allí, me detuve en el espejo, y me devolvió el reflejo la imagen de una mujer muy bonita. Los ojos marrones, el pelo castaño, liso y largo, suelto pues me gustaba más así. Dos bonitos pendientes ornamentaban mis lóbulos. La blusa de hoy blanca pero algo transparente, dejaban ver unos pechos medianos, pero bien sujetos por un bonito sujetador del mismo color. Una falta ajustada y a media pierna, justo por encima de la rodilla, dejaba ver un bonito y firme culo. Mis piernas, bien tonificadas de horas de gimnasio hacían de mí una muchacha muy guapa. ...