Lo engañé con otra
Fecha: 16/05/2023,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
No me gustan las mujeres, pensaba hasta anoche. Es decir siempre le tuve cierto recelo a tener sexo con una persona de mi mismo sexo, además de que tengo novio, lo amo y me la paso genial en la cama con él... pero aquella noche fue diferente, aquella noche no sé qué fue lo que me pasó.
Por unos asuntos del trabajo, tuve que pasar la noche con Sheila, una compañera... teníamos que adelantar papeleo de forma urgente. Ella no me caía muy bien que digamos, pero para hacer más amena la situación acompañamos la tarea con un vino.
Un poco más "sueltas" por la bebida comenzamos a conversar. Me preguntó sobre mi novio y si alguna vez había tenido un orgasmo.
-¿Alguna vez? Muchísimas veces.
Luego me preguntó si alguna vez había experimentado el famoso squirt: la eyaculación femenina.
-No, jamás. -Sí he tenido orgasmos y sexo maravilloso con él, pero nunca antes había eyaculado.
-Puedo enseñarte y mostrarte como.
Ambas estábamos demasiado borrachas y ella no dejaba de mirar mis senos. No eran ni grandes ni pequeños, más bien medianos, pero los de ella eran gigantes junto con su trasero... redondo, perfecto, firme y grande. Eso sí, mi retaguardia no tenía nada que envidiarle a la de ella.
Se acercó a mí y comenzó a darme besos en el cuello. Se me hizo raro, pero por alguna razón no quería que pare así que no le dije nada.
Luego pegó su cuerpo al mío. Sentía sus grandes pechos aplastándose contra mi espalda... no sabía por qué pero esa sensación me gustaba. ...
... Ahora su boca y lengua estaban en mis clavículas y sus manos estaban desabrochando mi camisa y quitando mi sostén.
-Dios... -Se me escapó en cuanto ella comenzó a jugar con mis pezones. Fue una sensación extremadamente placentera, y por alguna razón la sensación de sus pechos contra mi espalda era demasiado agradable.
-¿Te gusta? -Preguntó ella.
-No me gustan las mujeres. -Le dije. -Pero...
-¿Pero? -Y dio vuelta mi cuerpo y dirigió sus manos a mi trasero, apretándolo y dándole un masaje con sus manos.
No me gustan las mujeres, pero hasta ahora siento placer.
Al ver que no podía dejar de mirar su escote, se quitó su camisa, yo le quité su sostén e inmediatamente pegué mis senos a los de ella y froté mis pezones con los suyos... por Dios, qué bien que se sentía. Su respiración se notaba agitada y me decía que por favor continúe. Algo raro estaba pasándome ahí abajo. ¡No me gustan las mujeres!
Ella volvió a jugar con mis pezones, pero esta vez con su boca... los lamía, chupaba y mordía mientras comenzaba a quitarme mi pantalón.
-Acuéstate. -Dijo mientras ella también se quitaba el suyo. -Boca abajo.
Se sentó en mis nalgas y lo primero que sentí fue toda su humedad ¡Estaba mojadísima! Y debo confesar que yo también lo estaba. Comenzó besando mi espalda y dándome masajes con sus senos. Se me escapó un gemido. Ella alternaba besos y masajes de senos a mi espalda mientras se frotaba contra mis nalgas. Qué rico se sentían sus fluídos contra mi trasero, sentía ...