La madrina degenerada
Fecha: 20/05/2023,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Clarivel, Fuente: CuentoRelatos
... diálogo. Solo lo retome al otro día, cuando insistí en saber quién me había mirado. Los hombres muchas veces palpan cosas que las mujeres no las vemos. Aunque a veces es también al revés. Nosotras vemos y percibimos cosas que ellos ni cuenta se dan.
Con cara de picardía me dijo:
-No se dio cuenta madrina quien le miraba ese culo redondito?
-Quien!!??
-No se dio cuenta que su ahijado le clavaba la mirada y la quería comer con los ojos?
Aquel día que los ayudamos acarrear cajones de tomates o cuando la sujeto para subir a caballo?
-Noo, es un guacho, no jodas, en serio...
-Es un guacho, pero si te agarra con la vara que tiene te hace delirar... me dijo y se fue a trabajar
Las bromas de mi marido siguieron, y primero diciéndome si no quería traer al ahijado a estudiar.
Pero después me lo dijo en serio.
Al comenzar el ciclo lectivo, ahí estaba mi ahijado. Ya no lo mire como un niño. Era un hombre, con los brazos torneadas y quemados del sol. Era tímido y observador tal cual me dijo Edgardo.
Cada vez que salía a trabajar me decía pícaramente
-No se vaya a comer su ahijado, madrina.
Se reía y me daba un beso.
Días después me dijo que si quisiera desecharlo lo hiciera que él no veía nada. Y para atizar más mi ...
... lívido agregaba.
-Ojo que la tiene grande y gruesa...
-No jodass...
Pasados 15 días, note que era cierto que me miraba disimuladamente y seguí los consejos de andar con un short corto.
Cuando venía del gimnasio y dejaba la ropa interior, note que faltaba y después aparecían misteriosamente en el lugar.
-Lo vas a tener que pasar por la entrepierna era el consejo de mi esposo... me decía riéndose.
Cada vez que lo llamaba a su trabajo lo primero que me preguntaba era si ya lo habíamos hecho.
Un día arreglamos con Edgardo que él se iría a otra ciudad por dos días...
Que tratara yo que él me comiera en esos días. Después de cenar esa noche, ya las niñas dormían, quedamos conversando y tomando unas cervezas.
Bromeábamos y creo que el alcohol lo dejo más desinhibido. Lleve la mano en sus geniales, se río y acepto, no paramos hasta casi dos horas después.
Lo que hicimos ahí mismo sobre el sofá, con aquel pene grande, lleno de venas y ansioso fue de lo mejor.
Su venida dentro de mi parecía que hubiera orinado. Tenía semen dentro de mi vagina y chorreado hasta la espalda.
Como sigue esta historia no lo sé, claro que mi deseo es de tener mi marido y el dentro mío.
Todavía no me anime a eso. Si lo hago ustedes sabrán.