Hay cosas que nunca cambian
Fecha: 25/05/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Berni, Fuente: CuentoRelatos
... niños.
—Bueno, ahora os traigo las bebidas. Me ha alegrado mucho verte.
—Igualmente Jordi.
—Ok.
Cuando se alejó el camarero, Carmen esperó la pregunta de rigor que todo cónyuge hace cuando su pareja se reencuentra con alguien del pasado.
—¿Quién era ese?
—Éramos compañeros en primero de facultad.
—¿Sólo compañeros?
—Sólo —mintió recordando aquellos momentos, y alguien que hubiese sabido interpretar el lenguaje del cuerpo habría detectado un atisbo de nostalgia en su mirada.
Cuando Jordi trajo las bebidas y Carmen repasó con una discreta mirada el descuidado cuerpo que ahora lucía su antiguo compañero de clase. Pensó que antaño tan sólo tenía que chasquear los dedos para que una candidata u otra estuviera dispuesta a prestarle sus favores.
Cuando decidieron marcharse Ricardo pagó la consumición y mientras les ponía los abrigos a los niños, Jordi se despidió de Carmen, le dio dos besos y le susurró al oído lo buena que estaba y, añadió: —¡búscame!
A Carmen se le abrieron los ojos como platos y comprobó que, a pesar de su aspecto, seguía siendo el mismo caradura y deslenguado de antaño.
Llegó a casa y no consiguió que Jordi se le fuera de la testa. Aquella etapa de su vida, junto a las locuras de juventud ocuparon sus pensamientos el resto del día, y aquel hombre que ahora parecía una piltrafa humana removió todos y cada uno de los recuerdos clandestinos que hizo en la etapa más borde de su vida, incitándola a la tentación.
¿A estas ...
... alturas de la vida? -pensó. Si no se le hubiera insinuado, aquella mañana habría sido una más y el hecho de verlo hubiese pasado de largo como una anécdota, pero estaba claro que con su propuesta pretendía embaucarla, intentando retomar un pasado que ya estaba sumido en la memoria.
Rememoró los polvos más salvajes que había echado en su vida. En aquella época Jordi era bien parecido, delgado, fibroso y además, un animal follando, un potro salvaje con una de las pollas más solicitadas de la facultad. Ahora era la antítesis de aquel adonis de antaño, sólo cabía pensar si conservaba las facultades de tiempos pasados.
De aquella etapa de su vida, Ricardo apenas conocía nada de su libertina conducta. Solamente sabía que había repetido primero de carrera porque no estudió lo suficiente, y en realidad no era del todo mentira. No es que no estudiara, sino que apenas iba por clase. Las juergas, el alcohol y el sexo eran sus prioridades y Jordi era principalmente quien le recargaba las pilas. Había también otros que también se la follaban, pero era Jordi el que le hacía arañar el suelo con aquellos formidables polvos.
Tantos recuerdos se acumularon en su entrepierna que se metió en la bañera para masturbarse después de años sin hacerlo. Se acarició los pezones, los pellizcó, los retorció y cerró los ojos gozando y evocando sus hazañas juveniles. Su mano buscó su coño y los dedos índice y corazón se perdieron en él, mientras el pulgar descapuchaba el pequeño nódulo del placer, ...