Conociendo el secreto de mi Hermana Poleth - Relatos Eróticos

Conociendo el secreto de mi Hermana Poleth

... le callo completamente en la cara de mi hermana, quedé atónita, su verga cubría toda su ¡cara! Podía ver que mi hermana sonreía al tener aquella verga en su cara…

-H: te extrañe mucho papi… (tomó su verga con una mano, mientras pasaba su lengua por un lado) tu olor me pone caliente papi, has estado jugando sin mi ¿verdad? (el la veía fijamente a los ojos y de pronto muy bruscamente le jalo de cabello alzando su mirada a él)

-E: sabes perfectamente que nadie más puede entrar aquí sin mi autorización (ahora también la tenía tomada del cuello con su otra mano)

-H: L lo siento mucho papi (se nota que la estaba estrangulado) e ella va apren-di-diendo…

-E: Cállate y abre la boca…

Volteo a verme y su mirada parecía de enojo yo me encontraba totalmente helada por aquella situación que estaba viendo en verdad el estaba furioso (mi hermana tenía abierta su boca a todo lo que daba) tomó la pequeña cabeza de mi hermana que perfectamente cabía en sus dos manos y sin despegar su vista de mi envistió de forma descomunal la boca de mi hermana, esa imagen me hizo brincar de miedo, pues la reacción de mi hermana fue muy espantosa, ella se aferraba a sus enormes piernas, mientras en la sala se escuchaban quejidos agonizantes de ella, la situación me estaba dando miedo, podía ver como ella se iba atragantado, como le faltaba el aire, mientras el manejaba su cabeza con tal facilidad de “adentro, afuera” como si se tratase de una simple juguete, su vista a mi se tornaba aún más ...

... pesada, yo no podía hacer nada, tenía miedo de aquella situación, de un de repente el la soltó de su cabeza (pensé que ella saldría de ahí) ¡pero no! Ella sólita retomo el aire por unos segundos y se volvía aventar sólita a lamer ese trozo te de carne, mis ojos casi se me salían de la cara al ver como mi hermana, ahí de rodillas la mía, chupaba, lengüeteaba, frotaba con sus manos que a duras penas lograban cubrir ese trózote ver a mi hermana aferrarse a su verga me hacía sentir huecos en el estómago, hacía que me temblaran la piernas, sentir miedo pero a la vez curiosidad. El ahí postrado de pie ahora con sus brazos cruzados no dejaba de verme con mucha seriedad, pareciera como si no sintiera nada al estar mi hermana ahí lambiendo su verga, se notaba muy imponente y seguro mi hermana estuvo unos 15 minutos jugando con su herramienta, la tomó una ves más de su cabello separando su cabeza y comenzó a golpearla con su enorme miembro, se escuchaban aquellos golpes, golpes que me hacían dar pequeños brincos, cada que se escuchaba pegar en el rostro de ella, lo más sorprendente era su cara de ella una enorme sonrisa de satisfacción la inundaba, podía ver que a ella le gustaba estar en esa situación, ¡otra vez la tomó del cuello! Y como si fuera un simple juguete la levantó (yo me quedé sorprendida, como tomándola del cuello logró hacer eso) la volteo asía mi y pude ver como con fuerza ella cerraba los ojos por la presión que el ejercía en su cuello, su ojos que al salir de casa estaban ...