1. Cómo me casé con uno de mis profesores (Parte 1)


    Fecha: 07/07/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AranzaS28, Fuente: CuentoRelatos

    Me llamo Aranza, tengo 28 y soy mexicana. Me dedico profesionalmente al acondicionamiento físico desde que tengo 20 años, pero empecé en este mundillo desde los 15. Mido 1.67, soy de piel blanca y cabello castaño, bra 34b, 62 de cintura y 91 de caderas. Me considero una mujer atractiva, desde antes de cumplir la mayoría de edad ya atraía miradas de muchos hombres y algunas mujeres. Sí, mi pecho es pequeño, quizá demasiado, pero dejó de acomplejarme hace bastante tiempo. Mis caderas y mi cintura me hacen ver más mujer que otras mujeres más voluptuosas, a veces esa clase de cuerpos se ven hasta vulgares si me lo preguntan. Me considero guapa de cara, lo único que me disgusta es mi nariz, el puente es delgado, pero la punta de mi nariz es un poco ancha y, aunque me han dicho que me queda bien, la verdad es que es la parte de mi cuerpo que menos me gusta.
    
    Probablemente tenía un poco más de cintura en el tiempo que transcurre lo que estoy por contarles, también creo que era menos caderona. Lo cierto es que mi cuerpo no ha cambiado mucho desde entonces, definitivamente mi pecho sigue siendo el mismo.
    
    Pues bien, estaba en mi segundo año de universidad, tempranos veintes y la vida me iba de maravilla. Amaba mi carrera, a mi novio y mis amistades eran muy sanas. Nunca fui popular más allá de mi cuerpo, parecía ser lo único que le interesaba a externos a mis grupos sociales, pero lo cierto es que me gustaba bastante que fuera así, esa gente no me iba a procurar ningún ...
    ... bien.
    
    Pues bueno, ya estando en cuarto semestre, me tocó armar mi horario y oh, maldita sea, las horas se me acomodaban de tal forma que me tocaba clases con la profesora más perra de la uni (con la que ya había tenido problemas en el semestre anterior) o me quedaba hasta las cuatro de la tarde a tomar clase con un profesor diferente. Dejar en claro que me quedaría casi cuatro horas en la uni esperando sólo esa clase. Me decidí a tomar la clase de las cuatro, las cuatro horitas que me sobraban las podía dedicar a tareas en la biblioteca y, para ser sincera, me hacía falta, nunca se me facilitaba hacerlas en casa. Además, muchos compañeros de semestres superiores hablaban maravillas del Profesor Caleb. En especial aquellos que pertenecían a su grupo "privado". Trabajaban en investigaciones de bajo perfil junto a él y les recomendaba literatura artística y científica a todos ellos. Este grupo privado era, además, un símbolo de prestigio. Si te invitaba a unirte, es que algo estabas haciendo bien.
    
    Pues eso, recuerdo que las clases con él fluían muy bien y las dos horas se iban volando. A veces obligaba a alguien a participar tirando el plumón y haciéndonos pasar al frente o simplemente dialogábamos en clase de las lecturas que dejaba hasta tal punto que entrabas entendiendo un cuarto de lo que leíste y salías sabiendo el doble de todo lo que venía en ella. Además, era muy atento con todos, incluso los menos capaces de la clase, esos que participan con preguntas obvias. Tiraba tal ...
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