El placer de ser sometido - Relatos Eróticos

El placer de ser sometido

Aquella noche como las otras nos encontrabamos reunidos en la esquina de nuestro barrio platicando mis amigos y yo, entre ellos destacaba Gonzalo, al que apodabamos "Chalo", él era un año mas grande que nosotros y también más alto y mas fuerte, yo lo escuchaba fascinado, no sabía porque pero lo admiraba secretamente, ese día los demás se fueron y Chalo y yo no fuimos juntos a nuestras casas, serían las 12 de la noche y todo estaba oscuro y solitario, cuando ya casi llegabamos a mi casa él se paro a orinar y al terminar me dijo.

...¡Limpiame la verga...¡

Yo no atiné a hacer nada ni decir algo, estaba asombrado por aquello, él volvió a repetir.

...¡Ven, limpiame la verga...¡

...Pero es que yo...no, como crees que voy a hacer eso..¡

Y me tomo fuertemente del brazo y me dió una tremenda bofetada al mismo tiempo que me jalaba de los cabellos y me acercaba su verga para que mi mano la tocara, adolorido por el golpe obedecí y con mi mano le limpie su mojada verga, él sonreía y mientras me apretaba fuertemente el brazo, al terminar se guardo su cosota y sin decir nada se fué, yo quedé parado solo sin saber que pensar, estaba confundido, no sabía si me había gustado mas tocarle la verga o el golpe que había recibido.

Al otro día cuando nos vimos en la esquina nuevamente yo me moría de la pena y no lo quería ni ver a los ojos y cuando otra vez los demás se fueron y solo él y yo volviamos, al llegar a mi casa él se sacó nuevamente su cosota, pero esta vez la tenía ...

... bien erecta, y me dijo.

...¡Ahora me la vas a limpiar pero con la boca...¡

...¡No Chalo por favor, no me puedes obligar a eso, además nos pueden ver... no seas así por favor...nnooo..¡¡

Y que me toma de los cabellos y me vuele a abofetear.

...¡Hincate aquí y mamame la verga...¡

...¡No me pegues por favor... no seas así...por favor Chalo...nnooo, eso no...¡

De nada valieron mis ruegos y suplicas, él me tenía hincado y sus manos en mi cabeza la cual acercaba hacia su cosota, su vergota tocó mis labios y esa fué mi perdición, empecé a mamar aquella cosota mientras él me empujaba una y otra vez contra ella, cuando se iba a venir me empujo esa cosota hasta dentro y yo apenas pude decir.

...¡Nooo Chalo, no te vengas en mi boca...nnooo aagghh...me vas a ahogar...nnooo...aaaggghhh...mmaahgg¡

...¡Tomalos, toma mis mecos...tragate mi leche...aahhh... que rico mamas verga putita...¡

Y de igual manera como la noche anterior se fué dejandome ahí hincado con mi cara llena de semeén y su sabor en mi boca, me fuí a dormir y no lo pude hacer de solo pensar en como el Chalo me tenía sometido a él.

Poco tiempo después cuando ya le había mamado la verga otras veces de la misma manera, un día ibamos para mi casa y me tomó de los cabellos para hincarme ante su verga nuevamente y yo solito lo iba a hacer cuando me detuvo y con un empujón de sus manos en mi cara me pegó a la pared mientras dolorosamente me pegaba contra el frìo muro mientras con la otra mano me picaba mi ...