1. Mi fascinación porque me den por el ano


    Fecha: 22/07/2017, Categorías: Grandes Series, Autor: Mara, Fuente: CuentoRelatos

    ... fanfarroneaba, esperé a que se fueran los demás para quedarme solo con Mariano y fingiendo enojo le dije que por qué había puesto mi mano ahí la otra vez.
    
    –¿Qué pasa no te gustó?
    
    –No, me gustan las mujeres, no los hombres.
    
    Pareció reflexionar y me dijo
    
    –No somos tan diferentes. Tienes culo, igual que ellas, ja ja ja río.
    
    La noche estaba por caer, yo vestía un pantalón corto y me senté como un pequeño Buda moviendo la tierra con mis dedos
    
    –¿Mariano, qué se siente besar a una mujer?
    
    –Muy rico, es suave y cálido.
    
    -¿De verdad besaste a Gládis?
    
    -¡Obvio que yes! ¡Qué cabrón éres!
    
    -¿Te gusta ella?
    
    –No sé. Puso su mano como al descuido en mi pierna izquierda y haló mi mano a su entrepierna.
    
    –Mira cómo se me para el pito nada más de acordarme. Yo obediente dejé mi mano encima de su paquete. -Ven, te voy a enseñar algo.
    
    Nos levantamos y lo seguí a la parte trasera de ese enorme terreno, tras unos arbustos junto a un caño de agua. Se bajó los pantalones con todo y calzoncillos y me enseñó su pene bien tieso. Me ordenó, acércate, mira cómo se pone de pensar en las mujeres. Me acerqué miedoso y lo miré, haló mi mano derecha y comencé a acariciárselo, sentí oleadas de calor, vergüenza y deseo de meterme esa polla en la boca, me arrodillé frente a él suplicándole que no le dijera a nadie.
    
    -¡Anda tonto, chúpamelo que no le diré ni a Dios!
    
    Mientras el cabroncete de Mariano entornaba los ojos yo se lo mamé sintiéndome una puta, de repente paré y él ...
    ... me sujeto girándome y se repegó a mis nalgas, me desató el botón del pantalón corto y me lo bajó hasta las rodillas con todo y calzones, separó mis nalgas y me empujó su pene buscando anhelante mi agujerito, me embarró de líquido preseminal y sentí cómo ese pene se abrió paso, me doble un poco de la cintura hacia abajo y me apoyé en unas ramas, sentí cuando me penetró, un dolor agudo y a la vez delicioso me inundó por completo, lo metía y sacaba casi hasta afuera, sentí que me cagaba pero el placer me llenó y mi pene se levantó como un lápiz. Se corrió dentro de mí acariciando mis piernas sin bellos, blancas y suaves como las de una mujercita.
    
    Ahhhh, gemía mientras me preguntaba si me gustaba
    
    –Si, papi, siii, siento riquísimo.
    
    –Es que eres mi puta y lo serás siempre.
    
    Rápidamente nos subimos los pantalones y salimos del lugar secreto, mi vida había cambiado para siempre. Llegando a casa me masturbé apretando mi culo recreándome en los momentos previos más intensos de mi corta vida, me vine y quedé avergonzado de mí. A los pocos días nos volvimos a ver, en el patio de mi casa, mis padres habían salido con Lora y con mis dos hermanitos a una ciudad vecina a cobrar un flete que papá había hecho. Estaba oyendo radio y haciendo mi tarea escolar cuando entró Mariano
    
    -¡Qué haces!
    
    –Aquí, dizque estudiando ¿Tus papás no están verdad?
    
    –Salieron, regresan como a las 9 de la noche
    
    –Estamos solos ¿No?
    
    –Si ¿Por…?
    
    –Ven enséñame la ropa de Lora, sus pantaletas y ...