1. Sexo en el pórtico de la iglesia


    Fecha: 24/07/2023, Categorías: Hetero Autor: Carlos69, Fuente: CuentoRelatos

    En aquel verano yo tenía 23 años. Fue el verano en que la pequeña Luz la hermana pequeña de mi amigo David mostró interés por mí. Ella tenía 18 años recién cumplidos, pelo castaño rizado, ojos azules, piel pálida, delgada, buen culo y tetas no demasiado grandes pero firmes y redondas.
    
    Todo comenzó en unas fiestas de un pueblo cercano al nuestro. Ella y sus amigas salieron con nosotros de fiesta. Desde el principio de la noche noté que no me quitaba ojo y que se reía continuamente con todo lo que yo decía. Nos conocíamos desde siempre pero yo nunca me había fijado en ella como mujer hasta ese día. Sin duda que Luz había crecido muy bien. Vaya que sí.
    
    Yo mido 1,80, fuerte, ancho de espaldas, pelo oscuro, ojos negros, suelo llevar barba de tres días y tengo una bonita sonrisa franca que atrae a las mujeres. Soy atractivo y me cuido.
    
    Luz bailaba como una mariposa a mi alrededor y me di cuenta que buscaba rozarme constantemente. Yo por mi parte hacia como que no me daba cuenta, pero era difícil no notar sus pechos rozando mi espalda. Sus pezones duros clavándose en mi piel. Sus manos suaves acariciando mis brazos constantemente. Bebimos mucho esa noche y nos lo pasamos muy bien.
    
    Llegó el momento de los bailes lentos y ella se pegó a mí como una lapa, Notaba su cálido aliento en mi cuello. Sus ojos azules brillantes como zafiros clavados en los míos. Sus pechos aplastados contra mi pecho. Mis manos en su cintura acariciando su piel bajo su top ajustado.
    
    Comencé a ...
    ... excitarme más de la cuenta con la situación y ella lo notó y me miró con lujuria y deseo casi físico. Lo cual aumentó mi excitación y aumentó considerablemente mi incipiente erección. Pronto los bailes se volvieron más sensuales y su estupendo trasero se restregó en mi entrepierna. Ella notó la dureza de mi miembro y me robó un beso fugaz como el aleteo de una mariposa.
    
    Yo la sujete con firmeza y la besé con fuerza. Un beso profundo. Húmedo. Caliente Dejando nuestras lenguas jugar entrelazadas. Ella me tomó de la mano y me sacó de la verbena y de la plaza del pueblo.
    
    -Llevo desde que era una niña esperando este momento -me dijo volviendo a besarme en la oscuridad- La de veces que he soñado con esto.
    
    Yo la abracé y la besé y mis manos apretaron sus nalgas atrayéndola contra mí. Nos acariciamos sin dejar de besarnos. Nuestras manos recorrían nuestros cuerpos con cálida excitación.
    
    Apreté sus pechos sintiendo sus pezones duros como piedras marcados en la tela blanca de su top jugué con mis dedos sobre ellos. Ella se arqueó con un temblor al sentir el roce de mis dedos.
    
    -Joder, como te deseo -dije mordiendo sus labios turgentes.
    
    Ella sonrió con picardía y me llevó de la mano bajo el pórtico de la iglesia del pueblo.
    
    Nos sentamos en un banco de piedra y ella se sentó cobre mí y comenzó a comerme la boca con pasión.
    
    -Soy toda tuya -susurró en mi oído lamiendo mi cuello. Haciendo que un escalofrío de excitación corriera por mi espalda.
    
    Besé su cuello. Lamí su ...
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