1. La revancha (06): Bajo el látigo y una comida con sorpresa


    Fecha: 31/07/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: kimbocat, Fuente: CuentoRelatos

    Poco a poco las distintas hembras van llegando al establo, en el suelo, sobre el heno van buscando un rincón, doloridas, azotadas, rebosando semen por sus agujeros, todas satisfechas de haber venido, tan solo Xan dudó por un instante en seguir, pensó en la palabra de seguridad que la devolvería a la comodidad de su vida metódica y previsible, pero vio a Carolina , en cuclillas, empapada en sudor, cabalgando sobre la verga de uno de sus amos, sus brazos separados, cada mano cogida a una verga, un látigo golpeando sus pechos y otro su espalda. Chillaba, gritaba, gemía, oleadas de placer y dolor entremezcladas no dejaban de hacerla vibrar y gozar. Temblaba a cada nuevo azote mientras con sus músculos estrujaba aquella tranca dentro de ella. En aquel momento alguien puso a 4 patas a Xan, noto el peso de su dueño sobre su lomo, y el dolor de una espuela golpeándole la nalga, alguien tiró de sus cabellos y la llevo junto a Astrid, otro golpe de espuela les hizo empezar a correr entre la maleza, doblada, con el culo levantado, intentaba correr, pinchándose las palmas de las manos y sus pies, sus pechos rozaban con algunas zarzas, la jaleaban, le gritaban, ella intentaba correr, avanzar a la esclava nórdica, que con las piernas temblando, con el doloroso pendulear del candado que colgaba de su coño, gruñía y corría. Las espuelas le hicieron sacar su instinto, solo quería correr, ganar, los gritos no cesaban, su dueño se tumbó sobre su espalda, agarrado a sus pechos los pellizcaba, ...
    ... mientras le mordía la oreja y la insultaba. Empapada en sudor, castigada y dolorida aceleraba más y más, las dudas y el miedo se convirtieron en instinto, en adrenalina, en un placer sumiso que mojaba su coño y excitaba su mente. Adelanto a su rival, las espuelas no cesaban de golpearla, su dueño estrujaba y ordeñaba sus tetas y ella seguía adelante, cada vez acompasando mejor patas y manos. Un traspiés hizo que cayera de bruces, sus pechos pararon el golpe, su dueño saltó de ello y con un patada en su culo, la hizo levantar, otra vez a correr, también Astrid había caído un par de veces, y tras casi un kilómetro de carrera, llena de moratones, con raspones ensangrentados por el cuerpo, y con sus nalgas ardiendo por los golpes de las espuelas, cruzó la meta, respiraba agitadamente, cayo golpeando con sus tetas el suelo, su dueño la giró, su piel rebozada en tierra y sudor, su boca abierta buscando algo de aire, su rostro desencajado por el esfuerzo. La penetró hasta el fondo de un solo golpe, Xan le agarro con fuerza por el culo, y se clavó aún más en aquella verga, él no dejaba de moverse, de morderle las tetas, ella arañaba su espalda, ambos gritaban, gemían. Sus contracciones exprimían más y más aquella tranca, mientras su boca se llenaba con la lengua se su dueño, arqueándose entre espasmos de placer gozaba de aquella verga vaciándose en ella. Su amo la sacó de su coño y sentándose en sus tetas le levanto la cara tirando de su nuca, Xan la engullo hasta el fondo, bebía de su ...
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