El regalo
Fecha: 02/08/2023,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Al final se apiadó de mí y me ofreció elegir como quería correrme. Estábamos las dos jadeando, Leo dejó que me diese la vuelta y en cuanto pude llevé mi mano al chocho y empecé a frotarlo como nunca antes, ella se rindió y me dejo hacer, no podía besarme en la boca porque yo necesitaba aire, me hubiese ahogado pero me besaba en las mejillas, cuello y orejas. Me sorprendí a mi misma al no correrme en menos de cinco segundos, aguante quizás un minuto o dos frotándome todo lo rápido que podía Por fin me corrí diciendo gracias, gracias sin parar y apretándome mi cuerpo contra el de Leo. Estaba rendida intente corresponderle a Leo pero no pude, ella se masturbo a mi lado. Levaba el tampax puesto y se corrió enseguida tocándose el clítoris Nos dormimos de nuevo toda la mañana y nos despertamos por la tarde muertas de hambre. Fue un gran día .
Julio llegó y solo tres días antes de irnos de vacaciones a Portugal el padre de Leonor nos visitó para pasar un par de días con su hija. Se alojo en un hotel no lejos de nuestra casa. Se iba a Madrid durante unos días y luego de viaje de negocios a Argentina, Uruguay y Brasil por un mes. Yo ya lo conocía y fue muy amable conmigo, les acompañe a comer y cenar el primer día en los mejores restaurantes de la ciudad, nos llevo de compras, hizo varios regalos a Leo sobre todo un bolso carísimo y alguna joya. Era un hombre muy educado, sesenta y cinco años, había triunfado en los negocios pero no pensaba en retirarse y disfrutar de lo ...
... conseguido, al contrario estaba lleno de planes y soñaba con que Leo se hiciese cargo algún día de sus negocios. Había llegado a Salamanca en el coche de Leo para dejárselo a ella y se fue a Madrid en un coche de alquiler con chófer. El segundo día les deje solos para que pudiesen hablar de sus cosas. Yo había recibido también la visita de mi madre unos días antes, quería despedirse de mí antes de irse de crucero con mi padre y la tuvimos en casa un interminable fin de semana. No paraba de preguntar a Leo si yo tenía novio, porque yo no le contaba nada y Leo decía: bueno, algo hay lo que pasa es que Anita es muy reservada. A ella le parecía divertido, a mi no me hacía gracia, pero que iba a decirle? No señora, a su hija me la estoy tirando yo y también la gordita que atiende la frutería al final de la calle. Se hubiese muerto allí mismo.
Prefiero no dar detalles sobre nuestros estudios, ni hablar de graduaciones, asignaturas etc...
Mis padres estaban a punto de comprar el piso en el que vivíamos de alquiler así que dejamos nuestras cosas en él, además todavía deberíamos pasar algún tiempo en allí al año siguiente. Nos hubiese resultado duro despedirnos de aquella casa, Leonor se alegro muchísimo cuando le comenté lo de la compra.
Antes de continuar me gustaría describir la casa de Leo en la que pasamos aquel maravilloso verano. Es el lugar en el que he sido más feliz en toda mi vida.
Estaba situada a apenas un kilómetros del pequeño pueblo a orillas del Atlántico. Era una ...