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El regalo
Fecha: 02/08/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... la vista. Mis ojos se cruzaron con los de Leo y su sonrisa pícara me decía: a mí no me engañas. Qué bien te lo has pasado escaleras arriba. Me conocía demasiado bien. Podía leer mi mente. Mami, si no te importa ya decidimos mientras veníamos hacia aquí usar las dos habitaciones. A mí me parece perfecto, dijo Lara. Lara se llamaba en realidad Laura pero desde niña empezaron a llamarla así. Leo arrastró su equipaje hasta su habitación de todos los años y Lara me acompaño a mí para ayudarme a instalarme. Su voz era suave como su piel. Estuvimos unos veinte minutos poniendo mi ropa en los armarios, me ofreció todo aquello que pudiese necesitar y no me hubiese traído. En tan poco tiempo ya me resultaba una persona muy cercana. Su carácter era muy parecido al de Leo, bromeando continuamente, abierta, sincera, segura de sí misma, generosa y además muy joven de actitud ante la vida. Mis padres tenían un par de años más que ella pero una moral mucho más cerrada. Tras preguntarme si podía dejarme sola unos minutos para bajar a ducharse en el baño de abajo, nos ofreció a Leo y a mí la enorme bañera que su baño tenía. Me imagino que estaréis muy cansadas. De acuerdo mami grito Leo desde su habitación. En ese momento me di cuenta de que Leo había recuperado su habitual buen humor. La habitación de Lara estaba abierta y al fondo también el cuarto de baño tenía su puerta abierta con la enorme bañera ya llena de agua tibia. Me llevé mi bata y tras desnudarnos nos metimos en la ...
... bañera y empezamos a charlar. -Ana. Me alegro de que estés más animada. Me habías preocupado estos últimos días, sobre todo hoy. Ahora te veo feliz. Echabas de menos a tu madre? -Leo. No. Olvídalo. Algo me preocupaba y ahora ya no. También un poco cansada. No te preocupes. Y tú qué tal? Qué te parece mi madre? -Ana. Me encanta. Tan amable, me ha ayudado con todo mi equipaje, me hace sentir muy bienvenida. Mientras yo hablaba Leo esbozaba esa sonrisa suya que tan bien conocía. -Leo. Sabes que no me refiero a eso. -Ana. Es muy guapa pero sabes que solo tengo ojos para ti. -Leo. No me digas esas cosas que no soy de piedra. En ese momento ella salto hacia mi lanzando un montón de agua fuera de la bañera y empezó a hacerme cosquillas y meterme mano, era algo que hacía muy a menudo. No la rechace pero tenía miedo que su madre subiese y nos sorprendiste en esa tesitura. Leo paró y se quedó a mi lado rodeándome con su brazo sobre mis hombros. Nos quedamos en silencio mirando al cielo a través de las ventanas del techo, justo encima de la bañera. Ya era de noche pero hacía calor. Leo separó mis piernas y metió su mano bajo el agua, le gustaba saber si mi conejito estaba húmedo. Lo hacía algunas veces desde nuestra primera noche . Aun dentro del agua sus dedos notaron perfectamente lo resbaladizo de mi coñito. Yo hice lo mismo. Ella también estaba caliente. Note que hacía tiempo que no se depilaba, me gusto el tacto distinto al habitual. Oímos subir a Lara, se había ...