El regalo
Fecha: 02/08/2023,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... polla, que todavía continuaba goteando algo de leche y se despidió del chico. Este me miró y me dio las gracias, le saludé con la mano, como despidiéndome y se fue por un sendero entre las rocas que yo no me había ni percatado de que existía. Menuda vigilante estaba hecha. Bajé de mi atalaya y ayudé a Leo a recoger sus cosas, la ayude a atarse bien el lazo del bikini, ella jadeaba todavía. No dije nada, empezaba a darme cuenta de que ella no buscaba en los hombres lo mismo que buscaba en mí, eran sexualidades diferentes, no sabría explicar las diferencias pero conmigo no follaba como con los chicos y no me refiero a las obvias diferencias anatómicas. Caminábamos en silencio de vuelta a casa. Leo tenía en su cara una mueca de satisfacción y orgullo.
Por fin me atreví a romper aquel silencio.
-Ana. Supongo que te lo habías tirado ya antes. Cuántos años tiene?
-Leo. Unos 19. Hace años que follamos tres o cuatro veces cada año. Es muy torpe pero tiene la mejor polla en todo el pueblo.
-Ana. Me hace gracia la resignación con que lo dices.
-Leo. Que quieres, esto es muy pequeño y me he pasado aquí todos los veranos de mi vida. Eso son unos tres años seguidos de tiempo. Por eso estoy tan feliz de que estés aquí conmigo, bueno, con nosotras, mamá también está encantada de que seamos una más.
-Ana. (Sonriendo) Me halagas mucho. Me hacéis sentir muy bien.
Leo cambió de tema. Cerró sus ojos e hizo un gesto de placer.
-Leo. Tengo el semen saliendo del coño , me ...
... encanta. Noto los labios internos embadurnados de él. Se mezcla con mi lechecita y me encanta la sensación. Lástima que haya tanta gente, porque tengo una fantasía que me gustaría hacer realidad contigo.
-Ana. (Tapándome los oídos con las manos y acelerando el paso) No, no, no, ni se te ocurra. No quiero escucharte.
-Leo (corriendo detrás de mí). Vale, olvídalo. No he dicho nada.
Me alcanzó y con una palmada en mi culo me lanzó sendero arriba hacia casa. Ya estábamos llegando.
Tocamos el timbre y saludamos a Fátima a la que Leo acercaba a casa en su coche. Estaría de vuelta en veinte minutos para comer. Nosotras subimos a casa y nos duchamos juntas en el baño de abajo . Al final accedí a masturbar a Leo pero su fantasía no era esa. Utilicé mi mano y no mi boca como ella quería. Casi todo el semen estaba ya en la tela del bikini pero reconozco que el tacto de sus labios internos tenía algo de especial. Estábamos las dos de pie en la ducha, yo jugaba con los labios del chocho de Leo y aceleraba para que se corriese pronto, podía oír el coche de su madre a través de la ventana abierta. Leo estaba tan cachonda que no paraba de hablar. Me decía que la primera ocasión que tuviese se tiraría una buena polla y luego se desharía rápido del chico para que yo me comiese su coñito. Yo le decía, por favor cariño córrete ya. Tu madre está llegando. Frotaba y frotaba mi mano entera contra su coño pero no llegaba. No quería dejarla con el calentón pero ella aguantaba y aguantaba ...