El regalo
Fecha: 02/08/2023,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... abajo y empecé a embadurnarla. Que sensación, ya había puesto en ella cuatro de mis sentidos y ahora podía experimentar el del tacto, solo me faltaba el gusto. Empecé por los hombros, apretando un poquito, como dando un pequeño masaje, Lara mostró su aprobación con un: gracias, que gusto. Se relajó, pude notarlo, continué por los omóplatos y al llegar al cierre del sujetador del bikini me pidió que lo desenganchase.
-Lara. Será mejor que me lo quite, me está apretando un poco.
-Ana. Si que tienes un poco marcada la espalda.
-Lara. Necesito comprar un bikini nuevo. Debe hacer siglos que no me compro uno.
-Ana. Yo también. Tengo dos y no me gusta cómo me queda ninguno. Bueno la parte de arriba bien, pero de abajo me hacen un culo horrible.
-Lara. Por favor Anita no seas tonta, tienes un cuerpo increíble, ese culo no puede estar horrible ni con el bikini más feo del mundo.
Leo intervino divertida desde su hamaca.
-Leo. Yo no me atrevo a opinar. En culos vosotras sois las expertas.
-Lara. Nos tienes envidia?
La conversación continuó animadamente. El cierre del sujetador cayó y yo lo aparté a un lado. Lara seguía boca abajo y se acomodó los pechos que sobresalían hacia los lados. Debí gastar medio envase de protector, al terminar con la espalda me atreví a ponerle también en los laterales casi en el vientre y en la zona de las axilas donde arrancaban aquellas tetazas que desafiaban al tiempo y la gravedad. Deseaba continuar hacia abajo pero Lara se ...
... irguió y me dio las gracias no sin antes decirme que algún día tendría que darle un masaje pues lo hacía muy bien. Eso está hecho, contesté mientras me volvía a mi sitio a la sombra. Me acomodé y volví a mi libro. Lara se puso crema en el resto del cuerpo y yo noté como los jugos de mi rajita llegaban ya a mi ojete, me toqué un momento disimuladamente y aquello parecía aceite. Iba a ir al baño para intentar apagar algo el fuego que tenía entre mis piernas cuando Leo se levantó y se ofreció a traer algo de beber. Las tres aceptamos, le ofrecí ayuda pero Leo ya iba escaleras abajo. Volvió enseguida con nuestras bebidas favoritas, ron cola para nosotras y gin tonic para su madre. Entonces vi como Leo derramaba a propósito la mayor parte del gin tonic sobre el culo de Lara. Estaba helado y su madre se llevó un buen susto. Leo se disculpó y su madre que boca abajo no había visto nada pensó que se trataba de un accidente. Entonces Leo me sorprendió, me dejó boquiabierta, me sentí en lo alto de un tobogán lanzada cuesta abajo a toda velocidad. Ayudó a Lara a quitarse la braga del bikini y la animó a tomar un rato el sol en el culo. Yo no podía mirar a otro lado, estaban a poco más de un metro de mí, la cabeza de Lara casi a la altura de mis pies y sus piernas más alejadas. Me gustaba demasiado para volver la vista a mi libro, había visto ya todo aquel cuerpo pero lo mejor acababa de mostrármelo Leo cuando menos me lo esperaba. Leo tenía razón, aquel culazo necesitaba un poco de sol, ...