1. El regalo


    Fecha: 02/08/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... del PC para acabar de ponerme a mil. Estuve a punto de bajar de nuevo al salón pero pensé que Lara quizás quería estar sola. Me metí bajo las sábanas y me quité el tanga, el coño estaba tan bien lubricado que el jugo llegaba ya a mi agujero de atrás, así que empecé a meterme un dedo por el culo para no correrme enseguida. Empecé a repasar lo excitante que había sido el día y lo que más cachonda me ponía era que Leo estaba en la habitación de al lado pajeándose con nuestras fotos. Me fui calentando más y más y ya tenía un par de dedos en mi culo. No podía dejar de pensar en ellas pero allí estaba, sola como tantas veces. Mi excitación era tan fuerte que me levanté de mí cama y me iba directa a tocar a la puerta de Leo cuando vi a través de mi ventana la luz del televisor del salón reflejada en los árboles del jardín. Cambié de opinión, fui al baño de Lara, me lavé las manos y me limpié el coñito que rebosaba jugo, busqué el tanga de Lara en su cesto de la ropa sucia y jugueteé un poco con él como hacía casi todos los días. Volví a mi habitación y me puse el tanga más sexy que tenía y una camiseta my corta. Bajé en silencio las escaleras hasta la segunda planta, por suerte antes de abrir la puerta que separaba las escaleras del salón eché un vistazo a través de unos pequeños cristales circulares y translúcidos que adornaban los extremos de la puerta, desde allí se veía perfectamente el sofá iluminado por el enorme televisor y a Lara acariciando una de sus tetazas, la tenía ...
    ... fuera de la bata, una de sus manos sujetaba el enorme pecho sobre su palma como si fuese una bandeja y con la otra rozaba la yema de su dedo contra la aureola y el pezón. Yo ya la había visto desnuda, mis labios ya habían besado los suyos, aunque aún no supiese que tipo de besos eran los nuestros, mis manos habían magreado ya su trasero y sus muslos pero aquella escena era la primera evidencia directa de que aquella mujer también sentía, también gozaba, también necesitaba sexo para poder conciliar el sueño. Su cara miraba fijamente el televisor y por un reflejo en una ventana al fondo del salón vi perfectamente que era el DVD con las fotos lo que estaba viendo, incluso podía distinguir de qué foto se trataba, enseguida se terminaron pero con el mando a distancia lanzó de nuevo el disco. Aparecieron las primeras fotos de Leo y el morbo me invadió de nuevo, Lara seguía acariciándose el pecho y con su mirada fija en la pantalla. Me fascinaba la relación que tenían madre e hija, yo sabía que Leo solo se había acostado con una mujer en su vida y era yo pero casi todos aquellos días de vacaciones había estado tentada de preguntar a Leo por la relación con su madre. No fui capaz, era algo demasiado personal por muy amigas y amantes que fuésemos. De lo que tampoco fui capaz fue de traspasar la puerta, la tentación era muy fuerte pero me faltó valor. Lara no tenía prisa alguna, estuvo así varios minutos y yo metí mi mano entre el tanga y mi coño. Su paciencia me contagió y estuve un rato ...
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