1. Ignorada durante un trío


    Fecha: 01/09/2023, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Desde que empezó su relación, Sara no ha dejado de preguntarse qué motivos puede tener Carlos para salir con alguien como ella. Mientras que él cuida su cuerpo,
    
    mantiene un amplio círculo de amigos y destaca en su puesto de trabajo, ella es una chica común, de cabello castaño (corto), ojos marrones, ni delgada ni
    
    especialmente obesa, de carácter dócil y sumiso, con un trabajo cualquiera (en el que tampoco se esfuerza demasiado) y pocas aficiones.
    
    Sara es consciente de las diferencias entre ambos, no entiende por qué no eligió una chica más atractiva, o más culta, teniendo en cuenta que podría haberla
    
    conseguido fácilmente. La respuesta era sencilla: quería alguien manjeable sobre quien ejercer su poder, alguien que aceptara cualquier condición sin rechistar. Y Sara,
    
    que era una cualquiera, una chica común, casi vulgar, cumplía perfectamente con el perfil que necesitaba.
    
    Sara descubrió esto la noche anterior, cuando Carlos, antes de dormir, le propuso hacer un trío con una chica que él se encagaría de traer.
    
    Así es que Carlos y Sara se encuentran esta noche sentados en el sofá, esperando la llegada de una chica que solo él conoce. Sara, aunque está dispuesta a hacerlo (e
    
    incluso siente algo de curiosidad), tiene miedo: miedo de que la otra chica sea mejor que ella en cualquier aspecto. Por supuesto, sabe perfectamente que Carlos habrá
    
    elegido una chica espectacular. ¿Para qué hacer un trío, si la chica no es mejor que ella?
    
    Llaman a la puerta, y ...
    ... Carlos deja su copa encima de la mesa. Cuando regresa, le acompaña una chica más joven que Sara, vestida con más elegancia (ahora se siente
    
    ridícula por no haberse arreglado más), con un cuerpo bastante más deseable que el suyo y un rostro que despierta distintas cosas en cada uno: en Carlos, unas ganas
    
    tremendas de follársela; en Sara, una rabia y una envidia incontenibles -que, no obstante, se ve obligada a contener. Sin embargo, Sara, además de pensar en cuánto
    
    le gustaría tener su trasero, sus pechos, su planísimo vientre, sus caderas, se fuerza a encontrarle defectos, con el objetivo de apagar su propia ira. Alicia apenas
    
    tiene defectos, pero los tiene: es demasiado blanca, casi pálida; sus ojos, verdes, son bonitos, pero su mirada no transmite nada; y su cabello, entre rubio y
    
    pelirrojo, no es ni liso ni rizado. Claro que Carlos, que tampoco le quita el ojo de encima a la invitada, no le encuentra ningún defecto en absoluto, a diferencia de
    
    los muchos que encuentra en su pareja.
    
    Carlos las presenta : "Sara, esta es Alicia. ¿Te gusta?" Sara, para imitar el buen humor de Alicia, responde que sí, que a quién no le puede gustar semejante diosa.
    
    Se sientan en el sofá, Carlos en medio de ambas, y se empiezan a conocer más.
    
    Mientras hablan, Sara piensa acerca de la situación en la que se encuentra: ha dejado que Carlos metiera en su casa una intrusa, que probablemente está a punto de
    
    romper su relación. También sabe que esta loba (perra, zorra, ...
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