1. El regalo


    Fecha: 06/09/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... rasurado como siempre, el vibrador se había salido ligeramente hacia afuera y por los lados salía tanta ''gelatina'' que podía habérmela comido con una cucharilla.
    
    Lo apague y retire hacia afuera dejándolo sobre el vientre de Leo, ella lo cogió y se lo llevo a su boca para disfrutar de su jugo, la muy golosa estuvo callada durante varios minutos. Yo me lleve lo mejor: al quitar el vibrador de su agujero trajo tras de sí un torrente de sus jugos, parecía semen, blanco y espeso, una parte me lo cené en ese momento, otra parte fui extendiéndolo con mi lengua por todo el coño y me puse a la tarea de llevar a mi diosa al orgasmo. Fui trabajando con paciencia el clítoris y la entrada alternativamente con mi lengua hasta que por su respiración note que ya estaba a punto y le provoque el orgasmo pasándole toda la superficie de mi lengua varias veces de abajo a arriba, presionando con fuerza. Casi me desencajo la mandíbula, como decía antes quería que ella recordase ese día durante toda su vida. Leo tuvo que cerrar sus piernas al correrse. Mi cabeza se quedo atrapada entre ellas y yo empecé a reírme. Ella no se reía, por sus ojos me di cuenta que seguía disfrutando del orgasmo, volví a buscar su boca con la mía y ella me pidió que le dejase lamer mis labios y mi cara llenos del sabor de su coño.
    
    Estuvimos besándonos durante un buen rato. Mi conejito pedía cuidados de nuevo y Leo me soltó algo así como: Anita, me lo estoy pasando muy bien pero mi coño quiere algo más que ...
    ... caricias y un poco de látex. La pregunta era retórica pues antes de que yo abriese la boca ella había salido del salón. La oí acercarse a la puerta del piso y luego estuvo un momento en la cocina. Cuando volvió al salón me di cuenta que por muy guarra que yo llegase a ser, nunca podría competir con ella. En su mano traía un bate de beisbol que llevaba años junto a la entrada de casa, quizás propiedad de los antiguos vecinos. Mi cara le hizo gracia, me quede con la boca abierta. Me pasó el bate, y mientras se recostaba boca arriba en el sofá me susurraba: Ana, fóllame, fóllame bien, lléname el chocho. Agarre el bate con mis manos por la parte más gruesa y me puse a la tarea. Mi rajita tenía que esperar. Leonor enseguida me hizo un gesto: no quería el lado ''delgadito'', su fantasía era con el extremo gordo. Solté un uff. Tenía miedo de hacerle daño. Empecé con cuidado, acomode el bate sobre la vagina que abrió todo lo que pudo, tenía un pie en el suelo y el otro casi en la parte superior del respaldo del sofá. Fui presionando y girándolo suavemente ella movió un poco las caderas y aquello entró poco a poco hacia adentro, sin prisa, cuando tenía ya unos diez centímetros dentro agarre bien el bate con las dos manos y me puse a follarla con él, note que podía llegar ya al fondo de su vagina y que la madera estaba ya totalmente embadurnada de su leche así que pude sacárselo y penetrarla de nuevo, ya mucho más fácil. Ella no perdía detalle, me miraba, miraba al bate, se miraba sus pechos, ...
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