1. La toma de muestras


    Fecha: 15/09/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Lexa1515, Fuente: CuentoRelatos

    Mi nombre es Juana, tengo 23 años y soy estudiante de enfermería. Recientemente en la universidad me dictaron una clase la cual implicaba práctica y acercamiento con los pacientes, hasta el momento he hecho curaciones y suturas de heridas profundas. Sin embargo, mis labores no se limitan a ciertas actividades, por lo que seguramente en próximas prácticas deba realizar algún procedimiento diferente.
    
    Era miércoles, como es de costumbre me preparé para la lección de práctica, esta vez me indicaron que debía estar en el consultorio donde de practican las citologías. Entré a dicho lugar, me recibió la ginecóloga encargada, con mucha paciencia y detalle comenzó a explicarme cómo se hacía el proceso de toma de muestra, luego de aprender toda la teoría, comenzamos la práctica; al cabo de unos minutos entró la primera paciente de la cual se encargó la ginecóloga, estuve muy atenta de cómo hacía el procedimiento, debo reconocer que a pesar de todo me sentí nerviosa y un poco avergonzada, pues era la primera vez que veía una vagina diferente a la mía y tan cerca de mí.
    
    Había llegado mi turno de práctica, entró la paciente, se quitó su ropa, se puso la bata y se recostó en la camilla, en ese mismo instante, miré a la ginecóloga y con un gesto de afirmación me dio a entender que debía hacerlo. Le pedí a la paciente que por favor abriera sus piernas, relajara sus músculos y respirara profundo cuando sintiera el espéculo entrando en su vagina. Mientras terminaba de decir mis ...
    ... palabras, por breves segundos me quedé mirando la vagina de la paciente perfectamente depilada, con labios menores que resaltaban por su tamaño, pues eran un poco largos y su clítoris sobresalía de manera notoria de sus labios mayores, extrañamente mientras hice esa rápida exploración visual sentí como mi vagina se puso húmeda, no le di mucha importancia al asunto y seguí con el procedimiento, debía ser lo más profesional posible. Aunque mi cuerpo no pudo contener las reacciones físicas, tanto así que justo cuando introducía el espéculo en la vagina de la mujer, sentía que mi entrepierna tenía fuego, ni la ginecóloga, ni la paciente se imaginaban que debajo de mi ropa interior tenía una inmensa humedad y un clítoris que sentía palpitar descontroladamente.
    
    Ese mismo día estando en mi casa, no podía dejar de pensar en lo que me había sucedido en el consultorio, si bien sentía curiosidad por las mujeres, jamás había sentido deseo sexual por alguna, el interactuar con el sexo femenino me hizo descubrir una forma fantástica de sentirme excitada, deseaba con ansias poder llevar a cabo otra práctica, pero debía esperar hasta mi siguiente clase de práctica.
    
    Por fin era miércoles nuevamente y estaba impaciente por llegar al consultorio para hacer mis prácticas, me encontré con la ginecóloga en el lugar, ella me manifestó que por motivos de fuerza mayor debía ausentarse toda la mañana así que me dejaría a cargo de la toma de muestras, confiaba en mi criterio y conocimientos, así que sin ...
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