Sucedio en Guadalajara
Fecha: 15/09/2021,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: UM, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... preparado para coger.
Le pedí que me pusiera el condón y cuando me lo puso me empezó a dar una mamada, pero que mamada. Me excito nada más de recordarlo. Me chupaba solo la cabecita del pene. Yo sentía que me venía con cada mamada, hasta que me acorde de sus nalgas y le pregunte si tenía algún agujerito más estrecho.
Sonriendo se levantó, el mismo se puso el lubricante y así, de pie intenté penetrarlo, pero me estaba costando trabajo porque estaba muy apretado. Pero en un esfuerzo coordinado yo empuje y él se abrió un poco más y pude metérselo poco a poco, despacito, mi cabecita fue abriendo los pliegues de su ano y estuvo de verdad delicioso, porque a cada embestida apretaba el culo, como si quisiera no soltarlo. Pero finalmente llegue hasta el fondo y me estaba dando apretoncitos bien ricos.
Con sus nalgotas parecía que me abrazaba toda la zona pélvica y se movía como dando círculos y en su centro tenía mi pene encajado, que gozaba un cuerpo joven, un culito exquisito y un movimiento maestro.
Después de unos momento se empezó a quejar que le estaba doliendo y yo estaba en las nubes. No tengo el pene tan grande, por lo que pensé que estaba estrecho. Le dije aguanta, y le dije sígueme dando esos apretoncitos. Lo abrace fuertemente y levantó más su trasero, esperando mi descarga, me puse tenso y metí mi pene lo más profundo que pude, y me vine dentro del sus nalguitas que tanto me apasionaron, dos o tres chorros de semen tibio. Me seguía dando apretoncitos hasta que ...
... me saco la última gota de leche. Quede exhausto y feliz, y creo que él también, pues se quedó inmóvil unos momentos.
Nos recostamos y nuevamente platicábamos de cualquier cosa. Yo me había quitado el condón y estábamos relajados y desnudos. Le pedí que diera otra mamada como la que me había dado y nuevamente repitió su receta de chuparme solo la cabecita. Nuevamente se me puso bien duro, pero me dijo que ya no traía condones. Me dijo que si confiaba en él, que era un chavo sano. Al mismo tiempo yo le dije que también era sano y confiamos mutuamente. Yo creo que esto fue lo mejor del momento.
Se acostó boca abajo y pude ver el tamaño y bellezas de sus nalgas, muy redonditas y duras. Le dije, con esas nalgas si le das felicidad a cualquier hombre y sonrió. Se las estuve acariciando largo rato hasta que me dijo; ¿ya me la puedes meter?, por supuesto que sí y me acomode tiernamente encima de él, abrió un poco las piernas y empecé lentamente a penetrarlo. Primero la cabecita y en seguida el resto de mi verga. Entraba suavecito, para gozar mejor. En cada empuje el me apretaba y estaba gozando realmente. Ahora no se quejó y tuve tiempo de llenarme de su sensualidad. Cuando empecé a moverme más rápido, lo abrace fuertemente, mientras me apretaba más y abría más su culito. Tense todos mis músculos y otra vez dos o tres descargas de semen tibio, hasta que me deslecho y toda mi leche ahora si quedo dentro de su cuerpo y me seguía dando apretoncitos hasta que me saco la última gota. ...