1. Sin querer, me acostumbré a mamar la polla de mi hermano


    Fecha: 19/09/2021, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Sonia, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    No lo consideré incesto..., pero viéndolo con perspectiva, una felación es un acercamiento sexual bastante explícito, y si es a tu hermano, pues podía catalogarse de incesto. Pero han pasado años, y mi hermano tiene su vida con su pareja y aquellas cosas fueron aventuras de adolescentes. Voy al grano.
    
    En aquel tiempo, mi hermano ya era un adolescente desarrollado que se afeitaba, con 16 años, y yo tenía 6 menos y todavía era una niña. Le había visto desnudo muchas veces en casa, así que solo eran unas risas cuando le veía el culete o el pajarito. Pero aquella vez fue distinto, porque el pajarito estaba crecido. O sea, que le vi en el cuarto de baño con el pene erecto, y muy erecto. Me pareció tan grande su pene que me acerqué mientras él intentaba meterse en la ducha. Pero yo quería investigar por curiosidad. De aquel día quedó la cosa en que le agarré su pene tieso, subía y bajaba mi mano por su polla... A él le gustaba, y aunque al principio me decía que le dejase, que se quería duchar, me dejó que le tocara su pene.
    
    Como él vio que a mi me "emocionaba" tocar su pene, me lo propuso para otras veces. A mi me parecía hacer "cosas" de mayores, "cosas prohibidas", que no podía contar por ahí. Ya sabía yo algo sobre el tema, porque niños de mi curso se hacían pajillas..., pero una cosa son pajillas de niño y otra un pene adulto con grandes testículos. Pues eso, que para otras noches, con nuestros padres dormidos, quedábamos para que yo le agarrara su pene y se lo ...
    ... masajeara. Hasta que eyaculó una vez, y ahí vi yo como salía su leche despedida. No era orina, sino crema..., muy distinta de la orina. Con su olor caracteristico que yo olía de mi mano pringada. Bueno. Interesante.
    
    Pero..., lo bueno de la discreción duró poco. Mi hermano lo debió comentar con algún amigo que le pasaba lo mismo (que su hermana lo pajeaba) y ya no fue un secreto. Ese amigo se reía del tema y me lo comentaba. Incluso hicimos una quedada en su casa. Yo y mi hermano en la casa del amigo y su hermana (también más pequeña que él..., aunque más mayor que yo. Tendría un par de años más que yo, y eso se notaba).
    
    Y, en una quedada de esas, donde las chicas pajeabamos a los chicos, ella, la hermanita del amigo de mi hermano, se metió el pene en la boca. Nos miraron a mi hermano y a mi para que hiciéramos lo mismo, porque estábamos dubitativos. Y, qué remedio!, agarré el rabo de mi hermano, con su glande sabrosón, hinchado y brillante, y me lo metí en la boca. Su olor no me desagradaba porque ya lo conocía, y me gustaba (o me ponia nerviosita). Así fue como en las quedadas acababamos mamando los penes de nuestros hermanos. Sí..., a mi hermano se le olvidaba decirme que se corría, y toda su leche la echaba en mi boca, que terminaba tragando algo. Al final, lo tragaba todo porque prefiero la leche en mi estómago que con la ropa pringosa o las manos pringosas. Y además, la leche de hombre no está mala. Es como yogur soso. No es una maravilla, pero se puede tomar, y tiene ...
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