Ahora a ella sola (3)
Fecha: 01/07/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Fernán, Fuente: CuentoRelatos
... pudo haberme dado, un manjar de los dioses, el sabor de su piel era sabrosísimo.
Mientras yo gozaba con sus tetas, ella acomodaba su sexo al mío, con movimientos intensos restregaba mi pene con su vagina. Sin penetrar primero. Yo sentía sus jugos mojar mi miembro en cada arremetida de ella. Hasta que en un momento, un movimiento preciso ajusto mi glande en su entrada y la penetre de una sola vez y de manera completa. No sé si miembro está en el promedio o no pero en ese momento la sensación era que la había empalado. Estaba en lo más profundo de ella, volver a sentir esas entrañas candentes y que la punta de pene rozara lo más profundo de ella, me mando al cielo. Ella empezó con movimientos rápidos y largos, estaba poseída, estaba hecha una fiera incontenible, subía y bajaba, era una verdadera maquina sexual. Con cada movimiento salía y entraba en toda su extensión. "eso sigue sigue", " ese es mi niño caliente como su madre", "me encanta métemelo métemelo", "hasta el fondo", "dale apretarme, chúpame" me decía en un tono moderado pero con voz caliente. Sus tetas saltaba según ella se movía parecían tener vida propia, chocaban con mi pecho, cuello y cara. Yo estaba fascinado disfrutando de semejante espectáculo. Yo acompañaba sus movimientos levantando la pelvis cada vez que bajaba y tomándola por sus hombros presionándola hacia mí. Mi boca se daba un gran festín lamiendo y chupando esos enormes y suaves pezones. Sumado a que ella los disponía y mantenía a la altura de ...
... mi cara para que me deleitara.
Ella lanzaba gemidos suaves, siempre controlando el volumen. Y yo trataba de no morir tan luego para alargar el momento de placer lo más posible. Luego de un rato de tanta intensidad ella cambio el ritmo a penetraciones profundas y con mucha fuerza, yo sentía como su vagina apretaba fuertemente mi verga, mientras este topaba con lo más profundo de su sexo. Ella empezó a tensar su cuerpo al igual que yo. Fuertemente abrazados nos corrimos juntos. Me sentía bombeando semen dentro y ella respondía con espasmos en las paredes de su gruta. Fue tan intenso que quede con tiritones en las piernas y la piel de gallina. Ella aún se mantuvo abrazada a mi sin hacer gesto alguno un buen rato. Sentía su cuerpo sudoroso y caliente rodearme con brazos y piernas; sus hermosos senos se aprisionaban contra mi pecho. Nuestras respiraciones agitadas estaban coordinadas. Era ese momento, el mejor lugar en el mundo para estar. Nos besamos largamente de nuevo y nos acostamos abrazándola yo a ella por la espalda. Yo la acariciaba mientras la tenía abrazada. No hablamos nada, solo nos dormimos. En la mañana cuando abrí los ojos me percate que ella ya se había levantado, pensé que se había marchado, me puse unos boxers y me levanté de la cama, cuando llegue al living me percaté de que se encontraba en la cocina, está desnuda y haciendo café, se giró y me dijo:
-Qué tal durmió mi niño
-Bastante bien, y tú mamá
-De maravilla corazón
Su cara era de completa ...