Dosis de 27cm para mi ahogamiento - Relatos Eróticos

Dosis de 27cm para mi ahogamiento

Hola a todos, soy la misma viuda que decidió retomar fuerzas a base de corridas en vez de ansiolíticos, una eleccion que me llevó a muchos paseos y salidas, una noche tome el último metro a casa, había tomado bastante pero aún estaba caliente, no había encontrado con quien jugar y estaba molesta, el vagon casi desierto, y caí al lado de un chico dormido, no me acomode el vestido y se quedó exponiendo parte de mis piernas, el chico que creía dormido puso una mano en mi piel desnuda casi de inmediato, mire alrededor pero las 5 personas seguían en lo suyo, podía levantarme pero a su vez busque con mis manos su bulto, lo acaricie sobre su pantalón sintiendo como crecía, frote aún más duro, el ya tenía su mano sobre mi tanga, luego buscaba mi clitoris sobre mi piel, así que abrí su bragueta y sentí su pene directamente, lo acaricie hasta que se corrió y recién entonces lo miré, el parecía pálido, me soltó y arreglo su pantalón, luego se levantó en la siguiente estación y tomó mi brazo, lo seguí contenta de tener a alguien con quien cojer por fin, me llevó aprisa hasta un apartamento a cuadras de la estación, vivía solo por lo que vi, me tiro al sofá y se desnudo, y allí empezó a jugar con su boca a desnudarme con la idas y mordidas de ...

... por medio, me corrí antes que me quite toda la ropa, y aun en extasis lo sentí penetrarme, me posicionó de cuatro, y luego con las piernas en sus hombros, me corrí en todas las posiciones, el sabia cuando besarme y cuando morder mis senos, lo bese frenetica y mordí sus biceps, luego me bebí su segunda descarga, no podía negarle ese placer cuando yo solo flotaba entre clímax, su verga es enorme y super sensible, me acarició y dormimos un rato, cerca del amanecer le ofrecí mi culo pensando que sería la despedida perfecta, el me perforó hasta el alma, y aún podía llenarme la vagina de su corrida mañanera, me dijo que se había enamorado un poco y me dio su número, me fui antes que saliera del baño
Esa tarde hablando con amigas me contaron que me veía mejor, entre ellas estaba la que me recetó vergas jóvenes y le sonreí, nos apartamos en algún momento y me felicito, ella estaba casada pero sabía de lo que hablaba cuando me lo dijo hace ya tiempo, cuando nos volvimos al grupo escuche un comentario desafortunado acerca de nosotras, lo deje pasar pero supe allí que no contaba más que con una aliada, eso de hecho me abrió nuevos caminos, el hijo de aquella amiga era compañero de mi hijo en la facultad, y planee mi forma de arreglar las cosas.