De un sexo oral a mi colita llena de semen
Fecha: 02/07/2018,
Categorías:
Transexuales
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Hola, soy alguien de físico normal, ligeramente atlético de facciones poco masculinas. Puertas adentro me gusta vestir como mujer sexy. Me gusta ver como unas cuantas prendas me hacen ver sexy y femenina. Mi relato de primera experiencia como travesti es el siguiente: Desde hace muchos años tenía la fantasía de disfrazarme de mujer para alguien y hacer algo como ser manoseada, besada o quizás sexo. Por razones de estudio fui a vivir a Santiago de Chile en un departamento compartido. Un día mi compañero de departamento me conversó que iba a salir de la ciudad por algunos días. Mi corazón se aceleró porque sabía que tenía que aprovechar aquella oportunidad. Ese mismo día salí por algo de ropa en una tienda de ropa americana usada, algo de maquillaje barato, cositas de chicas y una máscara. En Facebook abrí una cuenta con fotos mías vistiendo la ropa femenina pero con una máscara de gatúbela. Hice varios contactos y entre ellos a alguien que yo conocía, pero él no a mí. Un señor de unos 50 años, sano, alto, muy varonil, divorciado con hijos, Pablo se llama, tiene una ferretería cerca de mi edificio. Fue una coincidencia del destino ya que yo compré un par de veces materiales para mis estudios en su negocio, pero nunca pensé encontrarlo con una cuenta falsa en Facebook. Nos escribimos para conocernos y luego por videollamada me vio con la máscara, labios pintados, un vestido largo sin tirantes y una tanga roja con corazoncitos. Mi cuerpo es normal pero algo nalgón. El señor se ...
... emocionó al verme y luego de tomar confianza lo invité a mi departamento con la condición que lo más lejos que llegaríamos sería sexo oral. Llegó el día que mi compañero salió de la ciudad y yo contacté a Pablo a primera hora y quedamos para ese mismo día en la tarde. Cerré mi notebook y me apresuré a retirar cualquier pelo de mi cuerpo, aunque tengo muy poco. Me puse crema en todo el cuerpo, perfume, la tanga de corazones, el vestido, unas pulseras, un collar de bolitas, la máscara y me pinté los labios y los ojos, algo de sobra y delineado. A un minuto de la hora acordada suena el citófono. Mi corazón palpitaba a mil cuando de la recepción me llamaron indicando que Pablo había llegado. Casi me desmayo de los nervios pero tomé valor (además de unas cucharadas), abrí la puerta lentamente. Entró, dio un vistazo al deparmento en silencio y me miró, me dijo que estaba linda y me hizo dar un vuelta en el mismo lugar. Yo apenas alzaba la voz y apenas podía moverme. Se me acercó como para besarme pero los nervios no me dejaban y agaché un poco la cabeza. Entonces él me empezó a besar el cuello y los hombros y tocarme la piel, la cintura y la piernas. Yo sólo respiraba profundo sin poder creer lo que estaba pasando: vestido de mujer, con hombre maduro en mi departamento manoseándome. A los minutos se pone detrás de mí y pega su cuerpo al mío haciéndome sentir su bulto en mi trasero y desamarrando la tira del vestido. Me decía que quería ver mi cuerpo y me fue bajando el vestido hasta ...