Levantandole la autoestima a la señora Teresa - Relatos Eróticos

Levantandole la autoestima a la señora Teresa

... estas horas y menos en un auto con un hombre desconocido. ¡

Recordé que Melissa me dijo que vaya tranquilo y que ella me iba a esperar y entendía la situación de mis abuelos, subí de nuevo al taxi, cuando llegamos la señora Teresa se estaba durmiendo un poco ahí me di cuenta que también había bebido un poco de licor así que la acompañe hasta la puerta de su casa y el taxi se fue ya no quizo esperarne más . 

No podía ella meter la llave a la cerradura y lo hice yo, entramos a su casa donde creí que estaba su esposo esperándola preocupado porqué peleas siempre existen en todo matrimonio de tantos años, pero no había nadie, hasta donde yo sabía ellos vivían solos porqué sus hijos ya estaban casados, ahí  recién me contó y llorando que su esposo se había ido ya unos días  atrás con otra mujer mucho más joven que ella y que no se lo había contado aún a mi abuela porque tenía vergüenza. 

-! Fueron tantos años juntos pero ahora yo estoy vieja y no le gustó como mujer y cuando me veo en el espejo él tiene razón . ¡

-! Noo.. diga eso señora Teresa que no es cierto, es verdad usted ya no es una jovencita pero aun se mantiene bonita cualquier hombre que no sea un imbécil como su esposo se daría cuenta de eso.. ¡

-! Gracias Roberto pero yo sé que no es verdad y solo lo dices para que me sienta bien, ahora quiero que me digas la verdad, ¿ tú eres un hombre dime yo te gustó..? 

La última vez que la vi en la casa de mi abuela ella era rubia y ahora se había teñido el ...

... cabello de color castaño oscuro, a la pregunta que me hizo la mire con detenimiento por primera vez ya que siempre la veía con respeto y tenía ella aún un culo grande. 

-! Señora Teresa miré la pregunta que me hace.. Jajaja.. Claro que si  solo es cuestión que enseñé sus encantos de mujer y verá usted que esta totalmente equivocada. ¡

El estar con unas copas de más a la señora le dio más comfianza de hablar conmigo de su intimidad y cuando ella se apoyó en el sofá y se levantó su vestido hasta que lo tuvo en su cintura y mostrándome su enorme trasero. 

-! Ahora Roberto que estamos en confianza no me digas señora ni usted solo dime por mi nombre. ¡
¿ Cuando me dices que enseñe mis encantos te refieres a esto.?

 Me quedé mudo unos segundos de la sorpresa, yo nunca hubiera imaginado que la amiga de mi abuela al estar algo borracha y dolida en su dignidad de mujer e hiciera eso, y ahora que veía ese culazo blanco de grandes nalgas con sus nedias negras me puso la verga durisima y yo le enseñé mí erección para que no le quedará ya ninguna duda. 

-! Teresa mire usted como estoy y esto es la mejor respuesta a su pregunta.. ¡

Ella me veía ahora de una manera muy diferente a como lo hacía, en sus ojos se notaba la calentura de mujer abandonada y cuando me dijo que si quería podía tocarla, no fue necesario que ella me volviera a repetirlo y fui, ahora mis manos magreaban esos enormes glúteos de mujer madura con lujuria y los abría metiendo mis dedos que ya recorrían toda ...