Algo especial
Fecha: 04/07/2018,
Categorías:
Erotismo y amor
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... con la cadera, la punta entró dentro de esa cueva que lo esperaba. Notaba la excitación, la vagina estaba húmeda, suave y extendida. Jesús no se demoró más, empujó sin detenerse, hasta que su miembro desapareció dentro de la vagina de Eva. Cuando entró completamente, a Eva se le escapo un gemido, largo y sensual.
Jesús notó el calor que envolvía su miembro, un calor húmedo (aunque no pudiese notarlo por el preservativo), pero le cubría completamente. El interior de la vagina estaba completamente húmedo. Eva estaba muy excitada y acababa de tener un orgasmo, todo eso se unía en una placentera sensación.
Eva se dejaba hacer, notaba como el miembro de Jesús entraba y salía de su interior, notaba como se abría paso y le llegaba hasta el final de su hueco. Notaba como con cada salida su cuerpo protestaba, pidiendo que se quedara dentro, que la llenase completamente.
Jesús metía y sacaba su miembro de esa húmeda vagina, que siempre se le ofrecía suave y caliente. Estuvo repitiendo los movimientos durante quince minutos, comenzaban a dolerle las rodillas, pero era una dulce agonía. Notaba ese calor, cuando entraba, notaba ese vacío que dejaba y como la vagina parecía que absorbía su pene, cuando la sacaba. Todo ello le hacía olvidar lo forzado de la postura.
Cuando ya no pudo aguantar más, sacó su miembro de dentro de Eva y se puso de pie, frente a ella. Extendió su mano, ella la tomó y se levantó, poniéndose frente a él. La tomó de la cintura y la hizo girar, ahora él ...
... estaba sentándose en el sillón. Eva se acercó y puso una de sus rodillas sobre el hueco del sillón, y luego la otra. El miembro erecto de Jesús apuntaba hacia el cielo, pero se eclipsó por la vagina de ella.
Ella se apuntó con una mano al centro de su placer, apuntó el miembro a su vagina y comenzó a bajar. Notaba la punta en la entrada, notaba como se abría paso y pudo más el deseo que la paciencia y se dejó caer.
El miembro entró completamente. No había nada que lamentar, la vagina estaba completamente húmeda, el miembro entró dentro de ella como un trozo de hierro candente en un bloque de cera y la llenó por completo. Un ahogado suspiro salió de su garganta.
Ahora era Eva la que tenía el control sobre el movimiento y era ella la que decidía el ritmo. Comenzó a subir y bajar, a ir de delante hacia atrás, haciendo círculos. No había movimiento que no hiciera para poder sentir más profundo ese trozo de carne que tenía dentro. Notaba que otro orgasmo estaba cerca.
- Me voy a correr- dijo al oído de Jesús- córrete conmigo.
Jesús la agarró de las caderas, ayudando al movimiento. Cada vez era más profundo y más fuerte. Pensó que si lo hacía más fuerte, podría romperle ambas caderas.
El movimiento no cesaba, hasta que Eva comenzó a gritar
- ¡YA! ¡YA! ¡CÓRRETE!
- Si, yo también me corro- dijo Jesús
Eva dio un último salto y presionó el cuerpo hacia abajo, las caderas se golpearon, el miembro de Jesús llegó hasta lo más hondo de Eva, ella comenzó a agitarse ...