1. Con mi jefe


    Fecha: 06/07/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... hombros y se agachó para comerme la cola. Todo esto era mi primera vez, así que al principio sentí unas cosquillitas en mi ano cuando pasaba su lengua. Pero al final me acostumbré y lo disfrutaba. El seguía lamiendo y besando mi ano. Pasó su barba por ahí y ufff. Lo disfruté mucho. Me introdujo uno de sus dedos gordos. Jugando adentro de mi ano. Se me paraba cada vez más la verga y sentía que explotaba. De ahí lo detuve, ya que no me sentía listo para dar el siguiente paso. Me levanté para besarlo. Y deje de hacerlo para agacharme y ahora si desabrochar su cinturón para luego bajarle los pantalones y menuda decepción que me lleve. Yo pensaba que su verga iba estar mucho más grande que la mía. Y ese pensamiento me excitaba mucho. Pero al verla me lleve una gran decepción, ya que pensaba que porque él era mayor, iba a tener una vergota de 20 cm, sin embargo, era pequeña, pero eso sí, muy gruesa. Le hice un oral. Mi primer oral. Sabía a meados y a sudor. Me daba un poco de asco pero a la vez me excitaba. Después de unos minutos chupándosela se me quito completamente el asco y empecé a ...
    ... disfrutarlo. Sentía su verga crecer dentro de mi boca. Trataba de tragármela toda, lo cual no fue tanto problema, solo tenía que abrir bien grande la boca. Le bajaba el prepucio para lamerle la cabeza y jugar un poco con ella. También le lamí sus bolas. Una vez parada, me levanté y junté la verga de él con la mía, masturbándolas mientras nos besábamos. Se puso detrás de mí, metiendo su pene entre mi cola, pero no la metió completamente. Sentía el roce de su verga con mi ano solamente. Me acariciaba mi pecho, abdomen y tocaba mi pene. Cambiamos de posición. Yo atrás de él, rozando mi verga contra su cola. Sentía mucha excitación. Acariciaba su pecho, dándole pellizcos en sus pezones. Después se volteó, se agachó y se metió mi pene en su boca. Chupaba y chupaba hasta que ya sentía que me venía, le advertí y empecé a darle unas embestidas a su boca, al final termine dentro de su boca, pero no se lo tragó. Después lo escupió. Me hubiera gustado que él también se hubiera venido, pero no fue así. En fin, ahí acaba la historia. Ya nunca volvimos a hacer nada, ningun encuentro y dejamos de hablar. 
«123»