Me venció la victoria
Fecha: 06/07/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Milfseduce, Fuente: CuentoRelatos
Nunca consideré vivir ni compartir un acontecimiento como el acaecido en mi vida hace un año. Siempre quedó en el ámbito de lo privado. Pero hoy que se cumple un año lo recuerdo como algo lejano, como algo que no sucedió. O más bien eso pretendo, como algo que no sucedió o que me hubiera gustado que no hubiera sucedido. Ya no lo sé. Pero sucedió. Por ello, la palabra exacta es “Confesión”, por qué nadie lo sabe. Las imágenes y las sensaciones que viví en esos 3600 segundos de mi vida aparecen y se evaporan. Están y no están. Me esclavizan y me liberan. Ese es el dilema en que me encuentro.
Tengo 55 años, 30 años de casada, con un marido al que amo y con el que he sido feliz; él tiene 62 años; tengo dos hijos que ya hicieron su vida. Llevo una vida de privilegio, en el sentido de que no soy rica pero no tengo problemas económicos. Administró tres sucursales de una franquicia que imparte Pilates, mi esposo está al pendiente, aunque en realidad son otros negocios los que ocupan más su tiempo. Además de administrarlas personalmente, imparto también clases de Pilates desde hace más de diez años, pues tomé cursos para ser instructora profesional y me sigo actualizando al respecto. Por supuesto que también tomo clases, intensamente, lo que aunado a mi genética, contribuye a que no represente la edad que tengo, sino menos, bueno, es lo que me dicen. Soy blanca, alta, delgada, mido más de uno setenta de estatura. Siete años fui profesora en la universidad.
Confieso que soy ...
... una mujer conservadora, así fui educada, antes de mi marido no conocí a ningún hombre y ya de casada nunca me interesó estar con otro hombre que no fuera él. Por mis anteriores trabajos y el actual, he tenido la oportunidad de conocer a mucha gente y estar rodeada de hombres, y como llega a suceder, han intentado acercarse y en algunos casos seducirme, pero yo sé perfectamente esa historia y nunca lo he permitido ni me lo he permitido. Pues para mí, no tiene ningún sentido ni conduce a ningún lado. Ni aventuras ni nada. En ese sentido soy muy racional. Así fue hasta hace un año.
Y aquí viene mi confesión, de la que dudé en escribirla así como el lenguaje que utilicé en el momento climático de esta historia. Me siento deshonesta y culpable, pues en cierta medida mi voluntad intervino para que se presentara lo que contaré. Sin embargo, elegí en libertad y ahora no sé si me siento culpable o liberada al escribir esta confesión.
La siguiente es la historia y espero no abusar con más palabras de las necesarias, pero creo que están justificadas para que me entiendan los que me lean. Si tienen comentarios, apelo a su respeto y a su comprensión, a su juicio recto y a no especular sobre lo que no se conoce. Lo más fácil es emitir juicios sin saber cómo las circunstancias intervienen para caigamos en contradicciones.
Hace un par de años llegó como instructor a una de las sucursales un joven de 38 años, con un buen curriculum y muy capacitado como instructor de Pilates, con una ...