Mi inquilino Miguel - Relatos Eróticos

Mi inquilino Miguel

... flexible. El coloco su miembro en la entrada de mi vagina y empezó a meterlo suavemente, sentir toda esa carne caliente era especial, y mas después de tanto tiempo. Miguel tenia ese guevo divino y era mió ese día. Yo me agarraba las tetas y me mordía los labios, el miraba su penetración disfrutándola. Miguel empezó a moverse súper rico, sentía sus embestidas una y otra vez, hasta que me hizo acabar, le agarre le espalda y hasta se la rasguñe.

Miguel me puso de pie y me dijo que pusiera mis manos en la cama, separe mis piernas y ese pene enorme entro de nuevo dentro de mi, miguel agarraba mis nalgas mientras me penetabra, el acariciaba mi espalda, sentir todo ese guevo dentro de mi era magnifico. Fue entonces cuando Miguel me dijo que estaba por llegar, yo quise sorprenderlo también, así q me voltee, y el se empezó a masturbar, quizás pensó que quería q me llegara en las tetas, pero le agarre el pene y lo empecé a masturbar yo y me lo metí en la boca, Miguel me quedo mirando con cara de asombro, y fue cuando sentí varios chorros de leche en mi boca, era espesa, exquisita, me la trague toda, le succione lo que le quedaba en la cabeza y le enseñe mi lengua sin nada. Corrí al baño a cepillarme rápidamente, y Salí y el estaba en la cama tendido, me monte sobre el y lo volví a besar. Le dije que me había encantado. El asintió igual y me abrazo. El durmió esa noche en mi cama y al despertar volvimos a hacer el amor.

Miguel vivió 2 años en mi casa, para la vista de todos el era mi inquilino, pero de la puerta hacia adentro era mi todo. Me enamore perdidamente de Miguel, le acepte que tuviera hasta novias, pero al final del día el dormía conmigo. Nos separamos porque el se graduó y se tuvo que mudar por una oferta de trabajo. Desde ese día cerré ese capitulo y no lo vi mas nunca. Siempre le deseo lo mejor.