Apuesta tramposa
Fecha: 08/07/2018,
Categorías:
Intercambios
Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos
... aguantaron el tipo. Supongo que la dignidad es lo último que intentas mantener.
Gilda resopló sonoramente, avanzó hacia Javi que le tendía la bolsita, metió la mano y sacó un papel con un nombre, lo leyó y se dirigió decidida hacia el mueble bar. Mientras descorchaba la botella, Cris tomó su papel sin poder evitar un lamento al leerlo. Patri recogió el suyo, seria, para dirigirse a coger una de las copas que su jefa había preparado.
Como no podía ser de otro modo, Gilda lideró la comitiva dirigiéndose hacia mí. Me tendió la copa, que cogí temblando mientras un nudo en el estómago no me dejaba soltar prenda. Vi como Cris se acercaba a Pepe con los ojos acuosos, mientras Patri avanzaba hacia Javi aún orgullosa.
Aunque fui el primero en recibir a mi presa, fui el último en moverme. Mis piernas no respondían pues tiritaban. Mi jefe, en cambio, se había levantado del sofá para sobar a Cris sin misericordia. Ésta giró la cara cuando quiso besarla, lo que cabreó a Pepe que le soltó, tú misma, si tus labios no quieren probar los míos probarán otra cosa. En un gesto brusco le bajó las tiras del vestido hasta que sus amplios pechos aparecieron ante él, pues también había arrastrado el sujetador. Se lanzó a devorarlos, qué pedazo de tetas tienes cabrona, mientras Cris cerraba los ojos supongo que tratando de huir mentalmente.
Viendo mi pasividad, Gilda me había tomado de la mano y tiraba de mí para que la acompañara al sofá ordenándome, vamos a acabar con esto de una vez. ...
... Caí medio tumbado sobre él, mientras la decidida mujer hurgaba en mi cinturón y bragueta. Cuando metió la mano dentro notó mi miembro aún dormido, así que lo pajeó experta. Nuestras miradas se encontraron. Sin necesidad de verbalizarlo, ambos supimos que ninguno de los dos quería hacer lo que estaba haciendo pero que no nos quedaba otra. Posó sus piernas sobre el sofá, una rodilla a cada lado hasta quedar sentada sobre mí, se bajó el vestido asomando pechos pequeños pero bien formados para pedirme, sóbame. Obedecí, con ambas manos primero, acercando los labios a continuación, mientras su mano mantenía mi hombría asida tratando de despertarla.
Estuvimos un rato hasta que decidió avanzar pues yo no respondía con la celeridad esperada. Se levantó, dejó caer el vestido al suelo, a un lado, quedando ante mí en tanga y medias con goma hasta medio muslo. Aunque tenía un poco de tripa, la mujer seguía estando buena, además de atesorar aquella clase que distingue a las mujeres con buena posición social. Se arrodilló ante mí, me quitó zapatos, calcetines, pantalón y bóxer y engulló mi polla.
Ya estaba a media asta pero el excelente trabajo oral de la mujer la despertó instantáneamente. Además, ver o mirar siempre me han ayudado en los juegos amatorios, así que la imagen de mi polla desapareciendo entre los expertos labios de la directora comercial de la compañía me puso verraco.
Un lamento de Cris me hizo levantar la vista. Como era de esperar era la que peor parte se estaba ...