fantasias de mi hermana 3 - Relatos Eróticos

fantasias de mi hermana 3

... mejía, dios olía muy rico se había pintado el cabello de castaño, su piel era más clara se veía más bonita, me apresure a felicitar a mi padre bromeando con él, diciendo que ya tenía coche para prestarme cuando salga con mis amigos, todos reían sin embargo por dentro, la incertidumbre de ver nuevamente a mi hermana y cómo reaccionaría me angustiaba, fuera de las apariencias que hasta en ese momento era obvio también ella guardaba. Cenamos juntos, Mía nos informó que tenía un par de días libre que pasaría en la casa y contaba cómo le estaba yendo en su carrera, por sus expresiones note que le gustaba mucho su trabajo, nos platicó de sus viajes a nueva york, a Paris, hablaba tan apasionadamente que deduje que en su vida era yo cosa del pasado, la note más segura de sí, así como los ejercicios y tratamientos de belleza la habían transformado de una chiquilla que estaba muy buena a una supermodelo que era el sueño de cualquier hombre, en la plática casi ni me miro y cuando me despedí al retirarme a mi habitación a descansar no me tomo ninguna importancia. Ya en mi cama meditaba que a lo mejor era mejor así, ella haría su vida y yo la mía, a lo mejor así se me pasaba mi enamoramiento con mi hermana, que desde el principio ambos sabíamos que era lo que habíamos hecho, era uno de los últimos tabú en el mundo, era el incesto, ella olvidaría con el tiempo mis ofensas y viviría en paz, yo tal vez algún día pudiera amar a otra persona, pensaba en muchas cosas y sin darme cuenta me quede ...

... dormido. La sensación de caricias en mi pecho, una carga entre mis piernas me despertó, Mía se encontraba alado mío acariciando con su dedo mis pezones y con una pierna entre mis muslos rosando mi verga con movimientos leves de su rodilla, quise hablar en ese momento por lo de la otra noche, pero al pronuncia la primera silaba me cerro los labios con sus dedos, se acercó a mi oído y me dijo: no digas nada después hablamos. Iba totalmente desnuda como a la primera vez, me quito mi trusa y se posiciono encima de mí en un 69 su coño en mi cara alumbrado apenas por la luz que entraba por la ventana, un mechoncito de cabello en forma de corazón adornaba su monte de venus, no lo podía creer, sentí su olor a hembra, era embriagador así que di el primer lengüetazo a la concha mojada de mi hermana, ella gimió levemente tirando su cadera hacia un lado levemente, se sacudió y me dijo ya deja de jugar y cómeme el coño que ya tendrás tiempo para jugar con mi cuerpo hermanito. Y empecé a dar lengüetazos torpemente, el aroma y el sabor de su concha era exquisito y como un demente empecé embestirla con mi lengua como queriendo llegar a lo más profundo de su vagina, la tomaba de las caderas para mantener su concha en mi lengua ya que se retorcía de gusto, mi pene no pudo más, la abstinencia que me había autoimpuesto hizo que llegara a mi orgasmo mientras ella me inundaba con sus jugos en la cara, pareciera que había salido de la ducha en ese momento, mi cara totalmente mojada de sus fluidos, ...