1. Deseo Liberado


    Fecha: 24/07/2017, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Ben, Fuente: CuentoRelatos

    ... humedad de la mujer que masturbaba su polla con los labios de su coñito. Las nalgas de Lea golpeaban una y otra vez con la cadera de Ben produciendo un sonido que excitaba a los dos amantes. Las manos de Ben masturbando su clítoris y amasando su pecho complementaban al duro miembro de Ben en una coreografía de sensaciones tan excitante, que Lea tenía que ahogar sus gemidos para que no los descubriesen
    
    Ben atendió a las suplicas de la mujer y separó ligeramente su cuerpo colocando su mano en la base de su rabo para dirigirlo correctamente al interior de la rajita de Lea. Lea echó su culito hacia atrás y abrió las piernas todo lo que pudo para facilitarle en camino a Ben. El hombre no tardó en colocar su glande entre los labios de Lea que tuvo que tapar un gemido de pasión con su brazo. Ben comenzó a penetrarla saboreando cada milímetro del interior del jugoso conejito de Lea. La verga de Ben entraba en Lea como un cuchillo en la mantequilla. Cuando la mujer pensaba que no podía caberle más, la cadera de Ben chocó contra las nalgas indicando que toda su polla estaba introducida en el interior de su coño. Ben comenzó a masturbar su pene con la vagina de Lea. Lea sentía el morbo de sentirse atada en el almacén del trabajo siendo follada por uno de sus compañeros con el peligro de ser descubierta en cualquier ...
    ... momento. El duro rabo de Ben violaba una y otra vez la raja de Lea, cuya tremenda excitación estaba a punto de llevarle a un violento orgasmo. Inevitablemente, un escalofrío recorrió la columna vertebral de Lea que explotó en lo más profundo de su vagina. La mujer comenzó a morderse los labios para limitar los gritos que se producían desde lo más profundo de su garganta. Tal excitación produjo que su coño prácticamente convulsionase como resultado de un profundo orgasmo. Sentir tal terremoto en su polla hizo que Ben no pudiera más y se corriera. En un momento Ben esparció toda su leche en el interior de la rajita de la mujer. Ben se agarró a Lea para sentir los temblores de su cuerpo bien cerca mientras el interminable orgasmo saciaba las necesidades de sexo de los dos amantes. Cuando Ben soltó las manos de Lea, aún estaba temblando y con su miembro clavado en lo más profundo de su sexo. Ella no se tenía en pie y tuvo que hacer fuerza para evitar que cayera. Ben sacó su pene ya fláccido y satisfecho del sexo de la mujer, le ayudó a vestirse y le abrazó para ayudarle a entrar en calor mientras se recuperaba.
    
    Una vez Lea volvió a entrar en calor, y los temblores orgásmicos cesaron. Ben abrió la puerta con cautela y se asomó antes de irse para que cerciorarse que nadie le viese salir.
    
    Y ambos soñaron con la próxima vez. 
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