Madriguera sexual 1 - Relatos Eróticos

Madriguera sexual 1

Dolores no podía aguantar hasta la noche, así que sabiendo donde estaban todos, se metió a la cocina, tomó un plato y llenándolo de comida fue hasta el retrato que escondía la puerta a su tan ansiada liberación, como tantas veces desde hace meses se metió sin hacer ruido casi, y allí estaba él, Hernando, con sus pectorales brillando por el sudor debido al esfuerzo, la sintió acercarse y dejó su labor en las paredes, giro y la vio de frente, con un gesto la tuvo a su lado y sin dirigirle palabra, le alzó la pollera, arrancó su enagua y apenas abrió sus pantalones para penetrarla, vio el dolor de ser penetrada duramente y sin previas en su rostro, pero ella lo disfrutó, la rudeza era ahora parte ya de su placer y en cuanto se recuperó de sentirse invadida se movió solita en su cabalgata por el placer, atorada entre el cuerpo musculoso y la pared apenas podía hacer algo sin que Hernando se lo dejara, cambió de osicion poniéndola de cuatro le encantaba esa posición, la pija ya de por sí gruesa la llenaba aún más y todo lo que podía oír era la fricción de su vagina invadida por una pija que la enamoraba, la descarga fue rápida y la lleno, la soltó dejándola caer, y en el suelo por fin, con la satisfacción sexual el ansiado silencio.
Unos 8 meses atrás la chica se había opuesto a las explicaciones de su abuela y fue a investigar esa leve voz dudosa que a veces oía en el propio hogar, pero por más atenta que estuvo no lo oyó hasta la noche, fue en su busca y encontró el retrato ...

... donde se detenían sus pasos, escucho su furtiva carrera a la cocina y e regresó, cuando lo sintió en la distancia ella misma fue al retrato y entró, los pasillos eran toscos y al llegar a una puerta entendió que su desaparecido tío no lo estaba realmente, abrió solo para comprobar su teoría y en un sillón estaba, quiso preguntar algo pero sus labios se unieron, y entonces la aturdio algo muy pesado, era como un espacio oscuro n su cabeza, cuando entendió que eso extraño era silencio ya estaba a horcajadas en el regazo ambos en el sillon aún besándose con su tío, sus manos la tocaban por todos lados y la sensación de ser mimada le gustó, así que lo siguió besando por su cuenta, su dura ereccion se apoyaba en su vientre y no tardó en desnudar sus pechos y acunarlos con sus callos as manos, cuando terminó el beso para chupar sus pezones su cabello estaba disperso y sus manos se aferraban al hombre que le mordía ahora el pecho ahora el cuello, en una plácida burbuja de placer y pequeños gemidos. De pronto dejó de frotar la con su ereccion, la levantó y el también, la hizo apoyarse en el sillón con sus manos, dejándola con su trasero arriba, sintió como al alzarle la pollera le rasgaba también el enagua, jugó con su vagina y con el agujero de su culto como ella lo intentó una vez, pero las sensaciones eran mucho más intensas que con sus dedos, sintió su lengua en su interior y sol con eso su espalda cedió, cayendo sobre el cojín, exponiendo aún más alto su culto preciosamente ...