Mi amigo tímido no perdono a mi esposa - Relatos Eróticos

Mi amigo tímido no perdono a mi esposa

... amenazante hacia la mojada pucha de mi esposa, para entonces yo había bajado el zipper de mi pantalón y me masturbaba deleitandome con el panorama, el por fin puso la cabeza de su pene en la entrada de la vagina de mi esposa y poco a poco comenzó a penetrarla ella se miraba que disfrutaba y se lamía los labios, pero cuando entro la mitad y seguía entrando ella abrió los ojos sorprendida mientras el continuaba la penetración, ella me miraba con los ojos casi desorbitados mientras yo sonreía, cuando por fin los huevos de Juan chocaron contra sus nalgas ella soltó un grito como de dolor, el se retiró de inmediato solo para volver a entrar de nueva cuenta iniciando poco a poco un frenético mete y saca, de su garganta brotaban verdaderos alaridos mezcla dolor mezcla placer y esa tortura se extendió por más de una hora experimentando mil posiciones, cuando por fin el la inundó de leche asta que escurrió por medio de sus piernas asta el sillón ella estaba prácticamente desmayada, cuando el se salió de ella, ella callo exausta boca abajo sobre el sillón, el le dió un beso en la espalda, se acomodo la ropa se despidió de mi con un fuerte apretón de manos y se retiró.
Ayude a mi esposa a llegar a la recamara y después se descansar un poco solo me hizo una chaqueta para aliviar mi calentura y nos quedamos dormidos, ella anduvo adolorida de su puchita por tres días los mismos que solo me quito las ganas con la boca y sus manitas, aunque en un principio juro jamás volver a cojerse a mi amigo Juan, ahora que ya anda mejorcita está pensando seriamente en volver a repetir su deliciosa tortura con el. Saludos