Mi grisáceo perro me hizo su perra Alfa
Fecha: 13/03/2022,
Categorías:
Zoofilia
Tus Relatos
Autor: Amante de mascotas, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... habitación espaciosa, ya estaba el colchón preparado y allí nos acomodamos. En una esquina de la habitación, estaba resquebrajada, por lo que entraba aire fresco, y se podía ver al exterior, el paisaje de la zona del paseo y las casas del barrio donde vivía. Me entretuve jugando a la Gameboy advance, a un juego de rol, Golden Sun, y que sorpresa que ahí fue donde conseguí mis primeros trajes recolectados de unos monstruos. Seguí jugando un ratillo más hasta que ya era bien entrada la noche, cerca de la hora de cenar, y guarde la partida para presté atención a Beltza, el cuál se preguntaba si regresaríamos a casa. Tranqui! Ya vamos a regresar, no sin antes explorarnos. Era como un niño, justo como su dueño en emociones, a veces, lloraba por falta de actividad pero siempre le entendía.
Me empecé a desvestir la chaqueta, camisa, falda y botas, hasta estar en cueros. Beltza ya estaba erguido como dominante olisqueando mi cuerpo atlético corporal mientras movía el rabo, y me dió algunas lamidas al rostro, pues las interpreté en señal de afecto. Hasta que me quité los cueros, calzones o gayumbos, y estar desnudo, tal como mi madre me dió la vida. Ambos ya estábamos jugando a gruñirnos y juguetear, Beltza ya menebea la cola, pero no entendía por donde iba la situación e intención. Eso era lo bueno.
Me acerqué con mi bulto medio parado para que lo olfatease, dió algunas lamidas, me dio una sensación de gusto que no me lo esperaba, de ahí daba vueltas alrededor mía y se lamió ...
... su puntita que sobresalía de su funda.
Pasamos a la acción? Le pregunté.
Era obvio que no estaba muy por la labor, ya que no sabía cómo montar, más aparte, sin las feromonas que suelen soltar las chicas de su vagina, pues como que no estaba muy loco, pero como ya había visto contenido en esas webs, más o menos ya sabía lo que tenía que hacer. Le empecé a masturbar dentro de la funda para que empezase a moverse con ese bailoteo rítmico de empujar y sacar y así hizo un par de veces. De ahí me coloque en 4, me eche bien de un lubricante aceitoso improvisado, y saliva junto a mi dedo índice para posteriormente introducirlo lentamente en el agujero virgen, para que estuviera relajado y listo para recibir esa tranca que supondría una experiencia que se volvería a repetir más adelante en semanas más tarde. Por supuesto, le ayude con sus patas delanteras a que agarre la cintura y se apoyase pero seguía sin atinar, hasta que le guíe con mi manita derecha al recién agujero nuevo.
Plaf! Como un taladro puntiagudo carnoso, afilado, empezó a taladrar mi hermoso trasero.
Automáticamente, Beltza empezó a moverse con el ritmo pélvico más rápido, ahhh ahhh, ohhh, el esfínter empezó a ensancharse gracias a la pedazo de verga polla que empezaba a crecer, ensanchar las paredes, Beltza jadeaba, respiraba a mi oreja como diciendo eres mi perra, aunque seas mi dueño, ya que no me dejaste criar a una auténtica hembra, seré tu maestro hasta el final de mis días, mientras agarraba mi cintura ...