1. El hotel de Mallorca


    Fecha: 19/07/2018, Categorías: Fetichismo Autor: espineta, Fuente: CuentoRelatos

    ... como la que tenía a mí disposición en aquel momento. Entonces él me empujó suavemente sobre la cama, quedé echada y él despacito me separó las piernas... y una lengua exquisita se introdujo en mí coño buscando mi clítoris, y lo acarició con maestría. Doblé las rodillas y llevé mis manos hacia su cabeza, hundida entre mis piernas, para apretarla más contra mí…que me comiera mas y mas. En esos momentos y sin poner aguantarme me corrí de placer como hacía mucho tiempo no me pasaba. Su lengua, muy larga, dentro de mi sexo y sus movimientos me arrancaron gemidos que me enloquecieron. Su excitación llegó al máximo y con un rápido movimiento sentí su enorme y duro pene en mi sexo... entra, sale, entra, sale... ¡qué locura! Nuestros gemidos se hicieron uno solo y yo até mis piernas a su cintura para sentirlo más dentro de mí y volví a correrme. Después de un breve descando, abrí bien mis piernas y le invité a que entrara nuevamente en mí. No me hizo esperar. Sus embestidas eran cada vez más fuertes.
    
    Mis piernas muy abiertas y mi espalda muy tiesa, de modo que mis pezones duros se rozaban contra su pecho y mi clítoris tocaba en cada movimiento sus pelos púbicos. ...
    ... Entonces apoyé las manos en los bordes de la cama y me abandoné a otro orgasmo glorioso. Él siguió besándome en la boca y sigue moviéndose después de que yo ya me corrí... se mueve... se mueve... y atrapando mis pezones con su boca, yo notaba un calor que emanaba de mi centro y me envolvía en una nube de placer y de locura.
    
    Está vez fuí yo la que comienzo a moverme y a gemir y cuando quisimos darnos cuenta, estábamos como locos. Me folló como nunca me habían follado mientras yo apoyaba mi boca contra su cuello... sentí de nuevo que iba a correrme, un calor en mi sexo que me abrasaba, lo siento, sí, voy a correrme, y en la locura de la excitación le muerdo en el cuello... Noto su pene ancho y palpitante dentro de mí y sé que va a correrse... yo también me excito... me excito mucho... ¡Dios, voy a volver a correrme!... y estallamos al unísono en un orgasmo que nos hizo temblar como hojas... nos desmoronamos sobre la cama exhaustos y después de un breve descando él se vistió y se marchó dispuesto a seguir con su trabajo de limpieza no antes de quedar para el día siguiente para hacerme otra limpieza extra. Los días siguientes fueron maravillosos…ya os contaré. 
«12»