Descubriendo nuevos placeres 5: Trabajo de oficina - Relatos Eróticos

Descubriendo nuevos placeres 5: Trabajo de oficina

... mano y le dije.

-Me gusta la verga, no los hombres.

Me miró con cara de confundido pero no le di tiempo para responderme,
me arrodillé delante de él y quedé a la altura de su ombligo,
desabroche su correa de cuero marrón y desabotone sus jeans que eran
parte de su uniforme, baje sus pantalones y sus boxers al mismo tiempo
y me debajo de mi barbilla quedó una verga de unos 16 cm color canela
como el resto de la piel del técnico y una cabeza roja que apuntaba
hacia mi frente de lo erecta que estaba.

La tomé con mi mano izquierda sonreí y me di un beso antes de meterme
toda esa roja cabeza dentro de la boca.

-Ufff.- Escuche decir al técnico mientras empezaba a succionar
lentamente su pene.

Enrolle mi lengua al rededor de su cabeza y jugaba con ella como si
estuviera saboreandola, la verdad estaba exquisita, la tenía muy
limpia y como era lampiño, solo tenia una pequeña capa de bello sobre
su verga, pero en ella y en los huevos no tebia pelo alguno.

Empecé a tragarmela completa y trataba de controlar mis ahorcadas lo
mejor que podía, la ofician estaba sola pero me podían escuchar de al
lado.

Senti las manos del técnico apoyándose en mi cabeza como queriendo
guiar mis movimientos y mantener su verga lo más profundo de mi
garganta, sentía que estaba por correr se, acelere mis movimientos de
cabeza y en pocos segundos sentí el primer chorro chocar contra mi
garganta, el morbo de estar sintiendo la leche de otor macho en mi
boca me ...

... hizo chupar como un loco esa verga, tragabdome hasta la última
gota de su corrida.

Quite sus manos de sobre mi cabeza y saqué su verga de mi boca.

- No creas que solo tu andas angustiado, ven.

- Lo que diga patrón.- me respondió con la voz entrecortada.

Tome unos preservativos que siempre tenía en mi mochila y lo guíe
hasta una sala de reuniones pequeña, entramos y cerré la puerta para
que dejar de preocuparnos de que nos oigan de las demás oficinas.

- Ponte cómodo. Le dije señalando una silla de las cuatro que habían
en la sala, que junto con una mesa redonda completaban el mobiliario.

Me quite los zapatos, puse los con dones sobre la mesa y empecé a
desabotonarme la camisa y los pantalones cuando volteo y veo a él
técnico totalmente desnudo, no habían pasado mas que unos segundos,
desde que cerré la puerta, para mi sorpresa su verga estaba nuevamente
erecta.

- Si que estabas angustiado.- Le dije mientras reí un poco.

- Supongo que si patrón. Me dijo devolviéndole la sonrisa.

Se acercó a mí, y yo ya estaba preparado para evitar otro intento de
besarme, pero el pareció entender que eso no era lo mío, empezó a
ayudarme a quitarme la camisa y cuando me la quito por completo empezó
a besarme los pezones como si los de una mujer se tratasen, ya me
habían chupado los peones antes, pero el lo hacía con una devoción
increíble, como si quisiera sacar leche de ellos, en otras
oportunidades no me había disgustado, pero esta vez me ...