Sexo con esposa en el cine - Relatos Eróticos

Sexo con esposa en el cine

... empezó a mamar la verga, y entonces el morboso se sacó la verga y se empezó a mastubar, le dije a ella: querías ver a alguien masturbarse, pues ya se está masturbando tu vecino. Dejó de chuparme pero me seguía masturbando con la mano, sólo hechó una mirada al vecino que se la jalaba y me dijo, prefiero chupartela... Entonces, como que se había cansado o tratando de buscar una posición menos incómoda (y siendo bajita) se arrodilló en su propia butaca, poniendo su rico trasero hacía el vecino (imagino la rica visión que tenía, viendo los gruesos muslos de mi mujer, con el minivestido apenas abajo de sus nalgas) y chupándome la verga. Era un verdadero sueño erótico, morboso, el mirón con la verga de fuera masturbándose y viendo las nalgas de ni esposa (se agachaba para poder ver abajo del vestido), y al mismo tiempo sintiendo la lengua de mi esposa recorriendo mi pene a lo largo yugo metiendoselo en la boca...
Le dije: no te da pena enque está atrás? Dejo de chuparme sólo para decirme: sólo puede ver no tocar, y le dije: segura? Quieres que te encuere? ...

... Repitió: sólo puede ver no tocar y ya no me interumpas.
Le levanté el vestido, hasta la cintura, así que el mirón ya no tenía qué agacharse, le bajé la pantaleta, y le empecé a sobar las nalgas, el vecino me hacía señas de querer tocarla y yo le decía: no tocar.
Yo le metí los dedos a la vagina a mi mujer con mucha facilidad, estaba escurriendose por la excitación de saber que estaba un fulano atrás de ella mirándole el culo. Yo veía cómo casi rozaba la nalgas de mi esposa con su cara el morboso, PIENSO que ella podía sentir el aliento de aquél, y entonces el vecino ya no se aguantó, tocó las nalgas de mi esposa. Mi esposa respingó, se subió la pantaleta, se acomodó el minivestido y me dijo: dije, nada de tocar. 
Mejor vámonos a un motel, para que me cojas como se debe. Y nos fuimos. 
Casi me sentí molesto con el vato por haber roto el momento tan morboso que teníamos. 

Y posteriormente hubo otras visitas al Cine, que acabaron en lo mismo, algún calenturiento que no resiste tocar, y otros que resistieron bien, pero ésas serían otras historias.