El consentido de mama - Relatos Eróticos

El consentido de mama

Desde siempre mantuve una relación de confianza y complicidad con mi madre, siendo el hijo menor y varón, el trato fue increíblemente especial, mi hermana mayor se casó y se fue de casa en cuanto tuvo oportunidad, y la relación de mi madre y mi padre era por acostumbramiento, hundidos en la rutina y monotonía. 
Mi madre encontró en mi un aire fresco, un pilar dónde apoyarse de su aburrida vida, y yo al recibir este trato tan afectivo y cómplice me fui enamorando y obsesionado con ella. 
Por una cuestion de ganar mi confianza ella me dejaba hacer todo aquello que yo quería, ya sea que mi padre se estuviera de acuerdo o no, ya sea que se enterará o no. Yo sabía que ella me concedía mis caprichos.
desde niño era habitual bañarnos juntos, que entrara a su habitación mientras se cambiaba o hasta que me pasará a su cama cuando mi padre se iba a trabajar… con el correr del tiempo nuestra relación se afianzó aúnas ya que yo iba creciendo ye convertía en confidente de algunas de sus angustias, también podía hablar más abiertamente y en confianza.
Siempre jugábamos a hacernos cosquillas , y yo no dejaba pasar la oportunidad para abrazarla y besarla, a mi padre no le gustaba nada, así que solo lo hacíamos cuando estábamos solos, nunca frente a nadie más y menos frente a mi padre.
Ya en la adolescencia mi madre era la mujer que yo deseaba, ella por su puesto que lo advirtió y era precavida de hasta donde podíamos llegar. Los abrazos se volvieron cada vez más frecuentes y cálidos, y ...

... las cosquillas eran una excusa para intentar manosearla. Si mi padre no estaba mi madre se cubría como podía cuando yo entraba, en una conversación estando solos me había dicho que ya no nos podíamos bañar juntos (aunque siempre dejaba la puerta entreabierta para que yo la pueda espiar) , si bien intentaba poner límites , no quería perder mi amistad y que se deteriore nuestra vínculo.
Yo había desarrollado el fetiche del exhibicionismo, me encantaba que ella me vea desnudo, así que buscaba cualquier excusa para generar una situación.
En un primer momento se me ocurrió esperar a que ella pasará por la puerta del baño y estar con la puerta abierta, cuando escuché que ella subía las escaleras empecé a simular que me secaba la cabeza, mientras dejaba que ella pueda ver mi pene al palo sacudirse de un lado al otro, cuando termine de secar mi cabeza y levanté la vista, mi a mi madre sonriendo con una mirada de satisfacción y complicidad que nunca había visto, yo fingi sorprenderme y atiné a disculparme…
En la segunda ocacion salir envuelto con una toalla con la excusa de haber olvidado la ropa y fingir que se me caía justo frente a ella, mi madre entendió cuál era mi propósito y no me regañó, solo sonrió mostrándome su aprobación y dándome a entender que no había problema en que lo hiciera, luego de mirarme solo dijo… te gusta que te vea así! 
enseñarle mi fetiche tuvo una reacción más que satisfactoria para mí y nuestra relación, ella ante mi actitud se mostró muy sorprendida ...