Ya nada sería igual - Relatos Eróticos

Ya nada sería igual

Había llegado con muchas dudas. Eran dos desconocidos y estaban en la misma cama, desnudos, tocándose, cambiando algún beso y muy calientes
El dueño de la cama y la casa, muy decidido y se le veía en el tamaño de la pija que estaba muy caliente
Le tomó las piernas, se las levantó juntas, le dejo las nalgas expuestas y le arrimó la verga a la entrada
No había palabras, solo morbo en las miradas
Le trabó la cabeza de la verga en el ano, y empujó suave.
Se notó algún gesto de sorpresa, más que de dolor, cuando la pija se le metió abriéndole el culo, sintió que le sacaba la pija afuera un poco y se acercó al cuerpo del hombre que estaba arrodillado justo en el mismo instante que esté le clavaba la verga dura y gorda
Sintió que la tenía hasta el fondo de una sola metida. Se escuchó gimiendo fuerte.
- ¿La sacó?
- ¡No por favor! ¡Cojeme suave! 
- Le empezó a meter y sacar, en cada embestida le metía algo más y así hasta que se clavo entera. Se la dejo metida al fondo y la hacía latir la pija hinchada, abriéndole el culo al máximo
Sentía una suma de cosas. Dolor, placer, calor, ese pedazo de carne dura y caliente adentro le llenaba todo el cuerpo.
Se relajó y se entregó totalmente a su macho
Este le dió pija durante más 10 minutos, que fueron una vida.
Cuando se la volvió a enterrar bien al fondo, la sintió gigante, brutal y no pudo callar un grito que salió de su boca justo cuando sentía que le quemaban las entrañas con leche hirviendo
Tan apasionado fue la acabada y tanto duró que sabía que su culo ya no cerraría jamás
Cuando le saco la pija desinflada del culo, sintió un vacío y que parte de la leche también salía del culo.
El dueño de esa hermosa pija se la fue a limpiar y quedó pensando que ahora era feliz.
Había entregado el culo, y se lo habían cojido con una poronga deliciosa
Ahora sabía que sería un hombre con cualquiera, menos con este macho que lo había hecho hembra. Su hembra