1. Entrevista de una familia incestosa


    Fecha: 22/07/2018, Categorías: Incesto Autor: Brendylez, Fuente: SexoSinTabues

    ... completa, sentí como si me falta el aire y empecé a temblar y gritar de placer. Dijeron que puse los ojos en blanco y que empecé a orinarme, y mientras más me la metía yo sentía más y más rico. Me oriné una tres veces más, y siempre gritaba más fuerte que otras de mi familia. Se supone que la mujer debe estar acostada para mirar al cielo y aceptar a dios. Luego debe ponerse de perrito para llevar la gracia a la tierra cuando el hombre se venga. Y así fue. Me puso de perrito y me empezó a coger. Primero lento para acomodarse y luego empezó a hacerlo rápido. Yo gritaba y gemía mucho. Estaba toda roja por la actividad y me vine otras dos veces. Yo quería que lo siguiera haciendo. Yo estaba como en otro mundo, aunque sí vi la sangre que había quedado de cuando me hizo mujer en la cobija. Resbalaba un poco por mis muslos al mismo tiempo que se combinaba con el agua de coño. Yo no pude aguantar más y puse la cabeza en el suelo mientras resistía otro de mis orgasmos. Estaba babeando la cobija justo cuando se vino adentro de mí. ¿Sabes cómo le hacen los hombres cuando se vienen? Le hacen algo así como “Ahhhh, aahhh, si. Ahhh”. - Sí lo sé. He visto hombres cuando lo hacen. - Perdón. Es que pensé que nunca habías cogido con uno. Pero escucharlo hizo que me viniera otra vez y yo abrí muchísimo la boca y ni siquiera pude gemir o gritar, sólo me vine y esperé a que me llenara con su leche. “Cuando terminó, hizo la siguiente parte de la ceremonia: Me levantó (me estaban temblando mucho ...
    ... las piernas) y yo me metí el dedo el coñito y traté de agarrar un poco de mi liquido y su leche, y me lo llevé a la boca. Originalmente no quería hacerlo, pero después de la cogida tuve muchas ganas de hacerlo. - ¿Te embarazaste a la primera? - Sí, casi siempre es así. Es que lo hacemos en los días de los bebés. O sea cuando es la mitad del tiempo entre los días de la sangre y otros días de la sangre. - Ah, ya. ¿Y así tuviste a esta preciosa? - Sí. Y no sé si sigamos haciéndolo, porque algunos de los más jóvenes ya no tienen ganas de seguir con esto, pero por lo menos con Lucía seguirá la tradición. Puede que cuando Ariana cumpla los quince, ya no lo hagamos. Pero por ahora, nosotros seguiremos haciéndolo. - ¿y han conocido a otros que también lo hagan? Se quedó pensando por un momento. - Más o menos. Es que hemos visto que otros en otros ranchos también lo hacen, pero es más porque eso quiere el padre y las niñas no quieren. Con nosotros no es así. Nosotros aceptamos y si no queremos, nos respetan. - Como con tu tío abuelo, ¿cómo se llamaba? - Artemio. Aunque él terminó participando al final. Debería hacerlo con él, dicen que era guapo. Ja, ja, ja, ja. Las dos nos reímos. Luego de eso platicamos un poco más y ella quiso descansar un poco. Ya era muy tarde y el autobús seguía su camino. Yo miraba las calles que serpenteaban entre las montañas y trataba de aguantar mis ganas de abrirme el pantalón y masturbarme junto a mi joven amiga y su hija. Mentiría si les dijera que cuando ...
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