1. La reeducación de Areana (12)


    Fecha: 23/07/2018, Categorías: Masturbación Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuatro patas y allí Amalia dio nuevas órdenes:
    
    -Elena, te las llevás a las dos. A la perra Eva la dejás en su casa y la nena se queda con vos hasta que esta noche la pase a buscar Marta.
    
    -Bien.
    
    -Vístanse, perras. –ordenó Amalia y mientras las sumisas obedecían le dijo a Elena:
    
    -Más tarde te llamo para encargarte algo.
    
    Mmmhhhh, ¿es sobre éstas dos?
    
    -Sí.
    
    -Me dejás intrigada.
    
    -Te va a gustar. –dijo Amalia.
    
    -Ay, muero de curiosidad.
    
    -En una hora te llamo.
    
    -Bueno, dale. Y ustedes, putas, síganme.
    
    -Esperen. –las detuvo Amalia y dijo:
    
    -Perras, a partir de ahora pueden cogerse cuando les dé la gana, pero llámenme antes para que yo las autorice.
    
    Eva y Areana recibieron la buena noticia con un estremecimiento y agradecieron casi a dúo:
    
    -Gracias, señora Amalia…
    
    Una hora después, con Areana echada en el piso a sus pies, desnuda y con el collar puesto, Elena atendía el llamado de Amalia:
    
    -Decime, no aguanto la intriga.
    
    Amalia le dijo:
    
    -Oíme bien, quiero ir humillando cada vez más a estas perras putas y en ese sentido vas a hacer lo siguiente.
    
    Le explicó lo que quería y Elena, que escuchaba casi conteniendo la respiración, dijo al final de las instrucciones:
    
    -¡Fantástico!... Sos genial… ¡Qué morbosa genial sos!...
    
    En cuanto cortaron la comunicación Elena tomó la cadena del collar de Areana y la llevó al cuarto de servicio en cuatro patas, le ató las manos a la espalda, por si acaso, y salió presurosa hacia una carpintería ...
    ... cercana, donde encargó lo descripto por Amalia y que el carpintero tendría listo para el dìa siguiente.
    
    Hasta las nueve de la noche no hizo otra cosa que pensar en esa nueva degradación a la que serían sometidas ambas sumisas, hasta que a esa hora comenzó a preparar a Areana para entregarla a Marta y sus dos amigas.
    
    Le quitó el collar y la metió en la bañera, le empapó todo el cuerpo con una manguera conectada a la canilla y luego la sumisita debió enjabonarse.
    
    -Lavate bien la conchita que te la van a usar a fondo. –le advirtió para después enjuagarla con la manguera. Por último le ordenó:
    
    -Lavate la cabeza, putita pervertida.
    
    Finalmente la sacó de la bañera, hizo que se secara, llenó de agua tibia la pera para enema y con Areana en cuatro patas le metió la punta y comenzó a presionar la pera con sus dedos hasta vaciar toda el agua en el interior de la nena, que había acompañado el lavaje con gemidos y moviendo sus caderas de un lado al otro. Instantes después la sumisita dijo:
    
    -Tengo… tengo que evacuar, señora Elena…
    
    -Pedime permiso, perrita.
    
    -Por favor, señora Elena, le… pido permiso para evacuar…
    
    -Bueno, sentate acá y largá todo. –autorizó la dómina al tiempo que levantaba la tapa del inodoro. La sumisita evacuó en medio de un fuerte jadeo y con una expresión de alivio en su rostro.
    
    -¿Tenés ganas de hacer pis?
    
    -No, señora.
    
    Elena le volvió a poner el collar y la llevó en cuatro patas al cuarto de servicio, le ató las manos a la espalda y le ...
«12...5678»