El mozo del supermercado
Fecha: 24/07/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Iria, Fuente: CuentoRelatos
A pesar de que su cara aparenta una edad más joven que la mía, su voz es grave y muy sensual. Le respondo sin poder evitar mi sonrojado rostro y prosigo con mis compras ocultándome tras la lista de la compra.
Termino mi compra, pensando en mí largo día de "maruja casera", aunque, esbozando una sonrisa pícara y absurda en mi cara. De repente que te mire un jovenzuelo, le llena a una el orgullo y no se siente tan echada a perder. (pienso en mis adentros)
Me dirijo a la caja de pago, cargada hasta los topes, meditando como voy a ser capaz de llevar todo ese peso a casa sola, pero, en otras ocasiones me he visto peor y he salido del paso.
-Buenos días Cristina. ¿Que tal?
Saludo a la cajera, que a base de vernos tan a menudo ya nos tenemos simpatía mutua.
La cinta de la caja se mueve, transportando los alimentos que he ido depositando y yo me absorto en mi móvil, mientras Cristina hace su trabajo y va contabilizando los productos.
Y en ese instante, vuelve a pasar esta vez por delante de mí. Dirigiéndose a la cajera le dice:
- Es mi hora del desayuno, luego vuelvo.
Y sale fuera del supermercado para apoyarse en una especie de poyete que hay fuera a fumarse un cigarro.
Yo lo observó a través de los cristales, disimuladamente.
Es atractivo, tiene un aire aniñado pero, a la vez, se ve se le ve presencia y seguridad de alguien más mayor.
Pago mi compra y cargada como una mula, con torpeza voy a salir del supermercado, despidiéndome cordialmente de ...
... la cajera.
Al salir por la puerta, él sigue sentado allí, ya ha terminado su cigarrillo, pero, por alguna razón continúa sentado en la misma posición, tonta de mí pienso que aprovecha los rayos solares que nos ofrece la primavera como regalo después de una semana intensa de lluvias.
- Adiós preciosa, que tengas un buen día.
Me dice al pasar junto a él.
Torpe de mí, suelto las bolsas y entrecortada frotándome las manos por el dolor de estas clavadas y que ya han cortado mi circulación le respondo.
-Muchas gracias, igualmente guapo
No se porque narices he dicho eso, no lo conozco, y no suelo dirigirme con esas confianzas a nadie, pero, mi boca ha hablado por si sola y ahora no puedo retroceder en lo dicho.
Vuelvo a sonrojarme como un tomate y pienso tierra trágame.
El chico se levanta y automáticamente me roba un para de bolsas a modo de ayuda y me dice:
-¿Vives muy lejos? Si quieres puedo acompañarte con la compra, vas muy cargada, y es mi hora libre del desayuno.
Yo le respondo con un:
-No gracias, de verás es todo un detalle pero no hace falta.
Además te llevaría tu tiempo ir y venir y no tendrías tiempo de desayunar.
¿Pero que demonios me pasa?... Inconscientemente estoy coqueteando con el muchacho, mi lenguaje corporal no va acorde con el verbal, le estoy diciendo que no, pero quiero ser cortés y a la vez pienso, si, vente conmigo.
Respiro hondo y decido que lo mejor será irme a toda prisa, eso no está nada bien.
El no deja de ...