1. Una familia muy normal IV


    Fecha: 24/07/2018, Categorías: Incesto Autor: sayago19, Fuente: SexoSinTabues

    ... Alberto se acaricia el miembro sobre el pants, obviamente está disfrutando la escena. Lo que no saben es que tengo guardada una copia del video en un CD, respaldo hecho mientras todos desayunaban, asi que puedo prescindir del archivo de la Lap y del celular tranquilamente. Ya han caído las dos blusas y ambas faldas al suelo, ver a dos mujeres guapas e idénticas besándose y acariciándose es muy sensual. Liberan, de la breve prenda que los sostiene, sus senos coronados con pezones endurecidos, de pronto descubro sin mayor sorpresa que quien lleva la iniciativa (y quien aceptó el trato) fue Mariana, ese lunar próximo al pezón es la clave para saberlo. Mariana se arrodilla ante Ana y baja lentamente su tanga, lo disfruta y también le agrada saberse observada ya que voltea para ver como Alberto ha bajado su pantalón hasta las rodillas y se masturba. Ana se acaricia los senos y se pellizca los pezones mientras Mariana introduce su lengua en su vagina mojada. Las detengo un momento y las llevo a la cama, Ana se coloca en la posición de misionero y Mariana se monta en ella para continuar comiendo su vértice de placer. Tomo un cutter de mi escritorio y corto el resorte de la tanga de Mariana, ella levanta la cabeza y antes de que pueda decir algo la beso apasionadamente. Alberto deja de masturbarse, por la sorpresa, pero se asombra aún más cuando le hago señas con la mano para que se acerque. Está paralizado, no da crédito al 69 que están haciendo ya las primas, esos cuerpos ...
    ... brillantes por la leve capa de sudor que las cubre se mueven en una delicada danza de placer. La avidez con que cada una prueba las mieles de la otra, el movimiento de los dos pares de senos estimulándose contra el abdomen de la otra hermana; es una imagen digna de inmortalizarse en pintura o poesía. El dedo medio de Ana, juega con el estrecho ano de Mariana, lo rodea, lo acaricia y poco a poco lo introduce; su cara muestra deseo y pasión ya que su puerta trasera está recibiendo el mismo trato de parte de Mariana quien ha introducido dos dedos en esa angosta caverna. El pantalón de Alberto ya está en el suelo, desnudo de la cintura para abajo se masturba deleitándose con el espectáculo. Mariana gira rompiendo el encanto de ese momento de satisfacción oral y comienza a ascender con sus labios por el estómago de Ana, rodea con besos el ombligo y continua subiendo poco a poco hasta llegar a los senos. Mientras prueba uno succionándolo con glotonería, su diestra juega con el pezón del otro: pellizcándolo, estirándolo, girándolo con los dedos. La izquierda hace lo mismo pero con el tierno y empapado clítoris, Ana se retuerce de placer y solo atina a acariciar el cabello de su hermana; mientras repite sin cesar: “si, así Mami, más rápido” sus jadeos la interrumpen “por favor, dame más duro en mi bebita”; su espalda comienza a arquearse y levanta la cadera para que el delicioso invasor entre aún más en ella. La habilidad dactilar de Mariana lleva a Ana a explotar en un orgasmo liberador, ...