1. Luis, Jacobo y un verano 02 Julio se hace mayor


    Fecha: 25/07/2018, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    Nos habíamos quedado adormilados, tendidos sobre el duro suelo, cada uno a un costado de Bruno y entonces escuchamos el rumor del motor de un vehículo acercándose, recogimos todo y bajamos del árbol. Delante de la puerta de la casa donde vive Julio con sus tíos, se detuvo su vieja ranchera entre quejidos del motor hasta que volvió el silencio. Se abrió la puerta del conductor y salió Rufo, se pasó su peludo brazo por la frente para retirarse el sudor y habló con alguien que se encontraba en el interior. No podíamos entender lo que hablaba, y quitándose la camisa camino de la puerta de la casa, avanzó mostrando su abombado pecho y abdomen cubiertos de una manta de tupidos pelos que limpiaba con su camisa de cuadros negros y rojos. La ranchera volvió a rugir y avanzó hacia nosotros, al llegar a la altura del magnolio se detuvo y asomo la cabeza Julio por la ventanilla del conductor. Julio podía conducir la ranchara siempre que fuera dentro de la hacienda y no saliera a la carretera. Se nos quedó mirando pensativo. -¡Gracias por los cigarros! ¿Dónde vas ahora? -Bruno se encaminaba hacia el automóvil y nosotros le seguimos los pasos. Julio señaló con la mano hacia la caja de la ranchera donde llevaba varios fardos de paja. -Sabía que os gustarían, ahora voy a llevar la paja a las caballerizas, tengo trabajo que hacer, como siempre. –su cara estaba sudada y el corto pelo moreno de la cabeza le brillaba del sudor. -Te acompaño, tenemos que hablar. –abrió la puerta contraria al ...
    ... conductor e hizo intención de entrar. -¿Y nosotros qué? -protestó Jacobo sujetando la puerta para que no la cerrara tras él, yo no decía nada solamente miraba el varonil y cuadrado rostro de Julio y él me miraba a mí con una sonrisa misteriosa y llena de promesas. -Iros a la piscina, dentro de poco la abuela vigilará para saber dónde estamos, en un rato vuelvo con vosotros, Julio tiene que ponerme al día. –Julio arrancó elevando el polvo del suelo, mientras me hacia un gesto de despedida con la mano. Habían transcurrido las horas entre juegos, a veces en el agua y otras tumbados en el borde de la piscina para descansar cuando no podíamos más. Bruno se había incorporado a nosotros. Una chica del servicio llegó con una bandeja y nuestra merienda, la abuela nos llamó para que fuéramos a comer. -Secaros bien y merendad. –no fue necesario que insistiera y mientras ellos tomaban el té de la tarde con limón, nosotros despachábamos la rica merienda que parecía más sabrosa por el hambre que teníamos. Los tíos habían ido al pueblo donde se encontrarían con mis padres. Nos sentamos en el suelo para jugar a las cartas hasta que sentimos el ruido de los coches que llegaban. Corrimos descalzos y en bañador a recibirles, hacía solamente unas horas que les había dejado pero quería recibir el equipaje que me faltaba, sobre todo la nueva bici de montaña. -Aquí está, no me he olvidado. –papá la bajaba del coche y se la arrebaté de las manos. -¡Impaciente! Eres igual que tu madre. –me revolvió el ...
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