El querido tío Guillermo - Relatos Eróticos

El querido tío Guillermo

... aunque no es muy probable.  El tío se viste, me abraza y me da unos besos y se marcha.

Mi esposo y yo hacemos las paces, creo que ambos tenemos pecado.  Pero a partir de ese día, cuando mi esposo sale con sus amigos a libar, me voy a la casa del tío Guillermo y hacemos el amor hasta desfallecer.  El me come los pies y me encanta que lo haga, yo los arreglo para que me los devore, luego me mete su rica verga de varias posiciones, lo hemos hecho hasta en la ducha de su casa.  Mi culito es la otra parte que vuelve loco al tío.  El quiere que le entregue mi culito, pero yo le dije que tenía miedo porque su pene era mucho más grande de lo normal y podía lastimarme.  El buscó en internet y compró una gel anestésica para uso sexual y un procedimiento para limpiarme los intestinos y luego de una minuciosa preparación, el tío Guillermo se quedó con su gusto y me desfloró el culito, empezó suave, pero conforme me penetraba el ano, se puso loco y me cogió duro hasta que eyaculó en mi recto.  Yo también había pensado que solo el hombre gozaba en este tipo de relaciones, pero no, me he pegado cada corrida cogida por el culo que hasta mareada he permanecido por varios minutos mientras me repongo.  He nacido sexualmente de nuevo con el tío Guillermo.  

Ya me separé de Amilcar, el me pasa una mensualidad por los niños.  El tío me paga una casa mejor que la anterior, soy su novia actualmente, pero no quiere todavía que mi ex, su sobrino,  lo sepa.  Esta deseoso de preñarme.